La protagonista de la semana en Casa Real ha sido la infanta Sofía a pesar de Casa Real. La mayoría de edad de la pequeña ha pasado casi desapercibida en Palacio, donde se han limitado a enviar a la prensa cinco fotos de Sofía adulta en los jardines de Zarzuela. Ninguna mención, ningún acto, ningún anuncio importante, silencio muy ruidoso en comparación con los fastos de los 18 años de Leonor. Se ha preferido mantenerlo todo en el ámbito privado, tan privado que no sabemos quién es la adulta Sofía. Ya sin la cautela de tratarse de una menor, tendría que conocerse a la persona llamada a ser la jefa del Estado si Leonor renuncia o queda incapacitada. Sofía es una perfecta desconocida. No pronuncia discursos, cuesta recordar qué voz tiene. No existe una sola imagen o información de sus 2 años a Gales y de sus gustos solo se sabe a ciencia cierta lo que se puede comprobar: que en su vida privada le gusta la ropa holgada, las zapas, las camisas de cuadros abiertas, pasear a su perro Jan y un detalle de mucha personalidad: se niega a agujerearse las orejas porque no quiere lucir pendientes.

Sofía ha tenido muchos actos de gala, los premios de Leonor en Oviedo, los 18 años de la hermana, a su confirmación religiosa, el primer acto presidido en solitario... Y en todos ha habido una constante: Sofía no ha lucido nunca ni una sola joya, ni del joyero real ni de bisutería. Nada. Va limpia de manos, garganta y cabeza. Así que el regalo más pertinente por sus 18 años, una joya del joyero real, seguirá perteneciendo al ámbito privado. Pero eso no impide que una especialista en la crónica real, Carmen Duerto, plantee el asunto en una interesante columna de El Debate. Sofía no ha recibido ningún ducado porque sus tías, Elena y Cristina, los recibieron como regalo de bodas: duquesa de Lugo y duquesa de Palma. Elena lo conserva pero Cristina lo perdió al ser imputada por el caso Nóos y Felipe nunca se lo ha devuelto. Descartado un título nobiliario, el regalo más royal para Sofía es una joya. Y la preferida es la diadema de la tía Pecu, la hermana de la emérita a quien la infanta Sofía tanto se parece: la princesa Irene de Grecia.

Un experto en casas reales como José Moreno recuerda que en el joyero real existe esta preciosa diadema de la princesa Irene. Sería un bonito homenaje que la infanta la luciera para recordar a su tía-abuela con Alzhéimer:"Una diadema que de seguir en manos de la familia, sería la opción más factible para la primera vez de la infanta luciendo alta joyería. Una pieza que pertenece a la ‘tía Pecu’ y que la infanta Elena desempolvó para la boda del príncipe heredero de Wurtemberg". Si no se la han vendido, ya la lució de préstamo la infanta Elena.
Una diadema que de seguir en manos de la familia, sería la opción más factible para la primera vez de la infanta luciendo alta joyería. Una pieza que pertenece a la 'tía Pecu' y que la infanta Elena desempolvó para la boda del príncipe heredero de Wurtemberg. https://t.co/2nwi8GStUZ pic.twitter.com/ZrWlN1c0YT
— Jose Moreno (@Josemn1_) April 29, 2025
Sofía, la que no quiere ni unos pequeños pendientes, recibiría el regalo con honor pero con una pregunta inocente: "¿Estoy obligada a ponérmela?". Ella prefiere las camisas de franela.