Los símbolos amarillos corren peligro en España. Rivera y Arrimadas pueden sacar unas tijeras y cortar cualquier lazo, colgante o pulsera amarilla que se los ponga por delante. ¿Y si quien la lleva es la reina Letizia? En un acto se puso este complemento con las siglas ARHOE (Asociación por la Racionalización de los Horarios Españoles) que reclama trabajar 35 horas semanales y tener tardes libres y fines de semana. Dicho y hecho. Según publica El Español, la reina ha ido a Perú en un avión separado del de Felipe no por seguridad sino porque se negó a acompañar al Rey a París ppara el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial.
EFE
Reivindica pasar los domingos con sus hijas y no quiere dedicar los fines de semana a actos oficiales. El domingo que tuvo que ir al Canarias para apoyar al deporte femenino se vendió como un "sacrificio dominical de la reina" y provocó indignación. Este domingo Letizia prefirió no estar en un acto de relevancia mundial y quedarse en casa."Sus convicciones, en esta ocasión, han estado por encima de su agenda. Letizia ha reiterado, más de una vez, que es necesario compaginar la vida laboral y la personal. A sus hijas les impone el mismo régimen. Nada de jugar a la tablet o usar Internet entre semana. Para eso está el finde. Y, a ser posible, con ella". Como repite Jaime Peñafiel: "Letizia se cree que se puede ser reina de 9 en 5 y de lunes a viernes".
GTRES
En Zarzuerla insisten en que el acto del domingo no requería la presencia de la consorte. Lo cierto es que en París estaban casi todas, de Brigitte Macron a Melania Trump, de la mujer de Erdogan a Charlene de Mónaco. La reina de los belgas o la de los luxemburgueses. Grandes potencias o Estados minúsculos, allí estaba todo el mundo con el o la consorte del correspondiente jefe de Estado.
Pero Felipe fue solo. Le debieron preguntar si tenía a la mujer enferma. Enferma de hacer lo que le da la gana sin que nadie le píe. Si no fuera porque sabemos que no es religiosa, Letizia se aplica la máxima que el domingo es sagrado. En catalán La feina del diumenge el dimoni se la menja. Y el demonio no es Letizia.