La eterna rivalidad entre Meghan Markle y Kate Middleton se prepara para escribir un nuevo capítulo con aroma navideño y tinte televisivo. Mientras la Princesa de Gales ultima los detalles de su tradicional concierto de villancicos en la abadía de Westminster, la duquesa de Sussex ha conseguido lo impensable: renovar su contrato con Netflix por la descomunal cifra de 100 millones de dólares, y lo hará con un especial que amenaza con arrebatarle protagonismo a la Familia Real británica en plenas fiestas.

Lejos de apagarse, la tensión entre ambas mujeres se recrudece con cada movimiento. En esta ocasión, el golpe lo da Meghan, quien ha conseguido mantenerse en el foco mediático pese a las críticas por los bajos índices de audiencia de sus anteriores producciones. El proyecto, titulado Meghan’s With Love, no solo es un guiño al estilo de vida californiano de la duquesa, sino también una declaración de intenciones frente a los valores tradicionales que encarna Kate Middleton.

Meghan Markle y Netflix: un pacto con letra pequeña que reaviva la polémica

La pregunta que ronda en el ambiente es evidente: ¿cómo lograron Meghan y Harry renovar con Netflix después de tantas dudas y reveses? Lo cierto es que la plataforma ha puesto condiciones: se habla de un mayor control sobre los contenidos y de cláusulas que podrían vetar ciertas propuestas. Sin embargo, lo que está claro es que Meghan se ha garantizado un escaparate mundial para su marca personal.

Y el momento escogido no es casual. La emisión de su próximo especial navideño coincidirá con la tradicional misa organizada por Kate, consolidada como uno de los actos más emotivos del calendario real. Analistas de la realeza no han tardado en ver en esta estrategia un nuevo intento de los Sussex por eclipsar los eventos de la Casa Windsor, algo que ya ha sucedido en el pasado. No faltan ejemplos: desde lanzamientos estratégicos de sus memorias hasta apariciones públicas que coincidieron con compromisos oficiales de Carlos III o Camila Parker Bowles.

Kate Middleton defiende la tradición mientras Meghan impulsa su marca

Ahora bien, para nadie es un secreto que la princesa de Gales lleva años construyendo un espacio propio con su concierto de villancicos en Westminster, donde la familia real se presenta como símbolo de unidad, amor y esperanza. Se trata de un evento que ha calado profundamente en la sociedad británica, reforzando la imagen de Kate como el rostro cálido y estable de la monarquía.

En contraste, el especial de Meghan Markle se percibe como una producción con un marcado acento comercial. Fuentes cercanas aseguran que el programa servirá de plataforma para dar visibilidad a As Ever, la marca de estilo de vida con la que la duquesa busca conquistar el mercado de lujo. Un gesto que muchos interpretan como un movimiento arriesgado: más que una celebración navideña, podría convertirse en una maniobra publicitaria que acentúe la distancia con la tradición británica.

Lo que queda claro es que Meghan Markle es consciente de las comparaciones inevitables. Expertos en comunicación aseguran que la ex actriz sabe perfectamente que sus pasos serán interpretados como una especie de competencia con Kate, aunque ello suponga recibir críticas por “copiar” o intentar robar protagonismo real. Sin embargo, según Dermot McNamara, “el reto de Meghan es que sea percibida como auténtica con su propia marca, no como una versión modificada de la otra persona”.