Antes de la llegada de Meghan Markle a la familia real británica, la relación entre el príncipe Guillermo y Harry era en muchos aspectos, ejemplar. Ambos compartían una estrecha complicidad, crecieron juntos en el seno de la monarquía y, a pesar de las diferencias, mantenían una imagen de hermandad sólida ante los ojos del público. Harry, en particular, gozaba de una popularidad en auge, siendo uno de los miembros de la realeza más queridos por los ciudadanos británicos. Aunque no era un personaje perfecto, su carisma, autenticidad y compromiso con causas sociales le habían ganado un afecto que parecía inquebrantable.
Pero la llegada de Meghan a la familia cambió radicalmente esa dinámica. El vínculo entre los hermanos empezó a mostrar fisuras profundas. La decisión de Harry y su mujer de abandonar sus roles en la monarquía y buscar mayor autonomía suscitó una serie de tensiones internas. La situación se complicó aún más tras la entrevista con Oprah Winfrey, en la que la pareja acusó a un miembro real de expresar preocupación por el color de piel de sus hijos. Este relato, que causó revuelo mundial, puso en jaque la imagen de unidad familiar y generó una respuesta inmediata del príncipe Guillermo.
El heredero al trono afirmó que los Windsor “no son racistas en absoluto”, intentando poner fin a las especulaciones, pero las heridas abiertas parecen no cerrarse. La tensión se reflejó también en el trato que los príncipes de Gales han tenido con Markle. Supuestamente, la duquesa de Cambridge no mostró entusiasmo en forjar una amistad cercana con la estadounidense. Y, al final, podrían haber otras implicaciones.
La acción del príncipe Guillermo que dejaría fuera definitivamente a Harry y Meghan
Las cifras de popularidad no mienten. Según la firma especializada en análisis de datos YouGov, la duquesa de Sussex atraviesa su peor momento en términos de aceptación pública. Tiene tan solo un 20 % de aprobación entre los británicos, una cifra que la sitúa apenas por encima del príncipe Andrés. Por su parte, el príncipe exiliado registra un 27 % de popularidad, su nivel más bajo en años.
La reciente visita del royal al Reino Unido, en la que asistió a varios eventos y mantuvo una reunión con el rey Carlos en Clarence House, no ha logrado revertir la tendencia. Los medios aseguran que, pese a estos encuentros, el heredero se muestra cada vez más distante, incluso inaccesible en las últimas visitas. El futuro no pinta mejor. Cuando el duque de Cornualles asuma el trono, es plausible que tome decisiones drásticas, como despojar a Harry y Meghan de sus títulos nobiliarios.
Y esto es algo que ya ha ocurrido en otros casos dentro de la historia. La posibilidad de una ruptura definitiva parece más cercana que nunca, alimentada por los rumores de que él no está dispuesto a aceptar nuevamente al hijo menor de Diana en su vida, y menos en el rol que ocupa actualmente en la institución. Así pues, el distanciamiento entre el príncipe Guillermo y Harry alcanzó un nivel que podría considerarse severo. A esto habría que sumarle la negativa de Meghan de volver a entrar dentro del círculo de la monarquía, de someterse a un papel en el que no es protagonista. ¿Qué será de la familia real británica en los años venideros?