La madre de Meghan Markle, Doria Ragland, ha sido una figura que, aunque siempre intentó mantenerse en un segundo plano, no ha podido evitar convertirse en objeto de interés mediático. Con un perfil discreto, ha sabido estar presente en momentos clave de la vida de su hija y del príncipe Harry, evitando los escándalos que parecen perseguir a los duques de Sussex. Sin embargo, detrás de esa imagen serena se esconde una trayectoria profesional tan variada como polémica, que abarca desde la televisión hasta el liderazgo empresarial.
A sus 68 años, Doria Ragland ha demostrado que no hay un único camino para definir su identidad laboral. Su vida profesional es un auténtico caleidoscopio de experiencias que reflejan resiliencia y capacidad de adaptación. Lo que comenzó como un sueño artístico terminó transformándose en una carrera marcada por giros sorprendentes, algunos de ellos cuestionados por críticos que señalan la sombra de Meghan en sus recientes movimientos.
De maquilladora en televisión a instructora de yoga: los primeros pasos de Doria Ragland
El debut laboral de Doria estuvo íntimamente ligado al mundo del espectáculo. Se desempeñó como maquilladora en la reconocida serie “Hospital General”, y fue precisamente en ese entorno donde conoció a Thomas Markle, quien se convertiría en su esposo y padre de Meghan. Ese flechazo laboral derivó en matrimonio, pero el cuento de hadas se rompió pronto, dejando a Doria sola con la pequeña Meghan.
Tras el divorcio, la suegra de Harry optó por reinventarse. Se volcó en la práctica del yoga, disciplina que no solo le permitió subsistir, sino también construir un estilo de vida alternativo. Como instructora, Ragland fue conocida por su serenidad y por promover la conexión mente-cuerpo, valores que transmitió a su hija y que, según allegados, influyeron en la filosofía de vida de Meghan.
Trabajadora social, diseñadora de joyas y empresaria inesperada
Pero el yoga no fue su único refugio. Doria también dio un paso hacia el ámbito social, trabajando como asistente en una clínica de salud mental, un rol que mostró su faceta más empática y comprometida. Esta experiencia fue clave para forjar la imagen de mujer fuerte y solidaria que, en contraste con otros miembros de la familia Markle, se ha mantenido sin grandes escándalos mediáticos.
Además, sorprendió al incursionar en el diseño de joyas artesanales en Los Ángeles, donde buscó plasmar su creatividad con piezas originales. Sin embargo, el salto más comentado llegó en 2020, cuando asumió el cargo de directora ejecutiva, financiera y secretaria de Loving Kindness, una empresa ubicada en Beverly Hills dedicada a la gestión de cuidados para personas mayores. Este movimiento generó especulaciones: algunos críticos sostienen que su ascenso empresarial habría sido facilitado por el entorno de Meghan, concretamente a través del abogado Rick Genow, figura clave en las gestiones legales de los duques de Sussex.
La incursión de Doria en el mundo corporativo ha sido vista como un reflejo de la nueva vida de Meghan y Harry, quienes también apostaron por reinventarse tras abandonar sus deberes como miembros de la Familia Real británica. Así como su hija y el príncipe Harry fundaron productoras y proyectos sociales en California, Ragland encontró un espacio de liderazgo que parecía impensado en sus primeros años laborales. Para muchos, este giro representa un acto de independencia; para otros, una estrategia cuidadosamente diseñada con el apoyo del clan Sussex. Sea cual sea la verdad, lo cierto es que Doria ha logrado colocarse en un lugar de relevancia sin necesidad de escándalos personales, aunque siempre bajo la inevitable sombra mediática de su hija.