La reina Sofía atraviesa una etapa muy complicada. Los últimos tres años han estado marcados por la pérdida, la enfermedad y la soledad. Su ánimo se encuentra profundamente afectado.
En enero de 2023 falleció su hermano Constantino de Grecia a causa de un derrame cerebral. La noticia la dejó desconcertada. Casi no pudo despedirse de él. Poco después, la familia recibió otro golpe: Irene de Grecia, otra de sus hermanas, fue diagnosticada con Alzheimer. La Casa Real intentó mostrar la situación con naturalidad, pero la enfermedad ha progresado rápidamente. Irene ya no puede asistir a actos públicos ni familiares. Su movilidad y recuerdos han desaparecido casi por completo.

La reina Sofía atraviesa sus momentos más duros
La reina Sofía permanece cerca de su hermana. Duerme al lado de su habitación, pendiente de cada movimiento. La situación es crítica. Los médicos advierten de un final inminente. Sofía sufre viendo a Irene así. La depresión la ha acompañado durante meses. Se encierra en su habitación, a oscuras, evita visitas y apenas come. Su estado emocional es frágil.
A todo ello se suman los conflictos familiares que no le dejan mantener la conciencia tranquila. El distanciamiento entre sus hijos y la poca atención de sus nietos le duele en el alma. Con Leonor y Sofia apenas tiene relación, mientras que los Marichalar o los Urdangarin acuden a ella para poco más que para usar Zarzuela cuando van a Madrid.
Sus hijos están preocupados. Intentan distraerla, hacerla reír y que participe en actividades familiares. La acompañan, evitan dejarla sola y fomentan su participación en la vida diaria. Sin embargo, Sofía se resiste a recibir tratamiento psicológico. Prefiere los métodos que conoce y en los que confía.

Solo acepta tratamientos tradicionales
En este sentido, para ayudarla a sobrellevar la ansiedad, el personal de Zarzuela ha implementado cuidados diarios. Cada noche, antes de meterse en la cama, la reina Sofía recibe un tratamiento especial. Su cuerpo es untado con ungüentos medicinales y preparados de medicina tradicional. Estos rituales buscan calmarla y facilitar el sueño. Sofía confía en terapias alternativas. Chamanes tibetanos y remedios ancestrales forman parte de su rutina nocturna.
El procedimiento es delicado. El personal utiliza cremas y aceites cuidadosamente preparados. El objetivo no es solo relajar su cuerpo, sino también ofrecerle un momento de consuelo y tranquilidad antes de dormir. La reina se muestra receptiva a este cuidado. La combinación de tradición y medicina alternativa ha logrado mejorar su descanso, aun con el cansancio emocional.