No será estas las mejores Navidades que pasará el rey Juan Carlos. Hace años que le han dado la patada y que no vuelva, y vive lejos de los suyos en su retiro dorado de Abu Dabi. Su hijo, su nuera y su mujer no le quieren ni ver, y más, después de la publicación de las memorias que ha escrito con Laurence Debray, Reconciliación. Pero de reconciliación con la familia, nada de nada. Ni Felipe ni Letizia quieren oír hablar de ello. Además, físicamente cada vez está más deteriorado y los años no perdonan. Y estos días de fiestas serán especialmente tristes para él porque acaba de saber de una muerte cercana que le ha tocado especialmente y le ha dejado devastado.
Aquí lo vemos en uno de los coches oficiales que durante toda su vida lo han llevado de arriba abajo. Y justamente ha sido una persona con la que ha pasado horas dentro de un vehículo, compartiendo confidencias, vaciando el buche y explicándole sus secretos, que acaba de fallecer. Golpe duro para el emérito porque acaba de morir un gran amigo, un confidente y quien fue su chófer durante muchos años. Hace poco fue la reina Sofía quien lloraba la muerte de su prima Tatiana Radziwill, y este domingo quien ha muerto ha sido Gaudencio Fernández, su chófer durante más de 50 años, a los 101 años. Muy unido a la corona española durante muchos años, conductor personal del Borbón, su relación no se limitó solo a las cuatro paredes del coche, ya que después ejerció como responsable de mantenimiento de los coches de la Casa Real en Zarzuela.
Era tan grande el vínculo que incluso lo invitó a su boda en Grecia, algo poco habitual entonces con miembros del servicio. Nacido en Villalán de Campos, Valladolid, su vínculo con la realeza española comenzó cuando Juan Carlos tenía 17 años y se preparaba para ingresar en el Ejército de Tierra, y desde entonces, el ahora difunto y Juan Carlos compartieron muchísimos viajes privados y oficiales, forjando una gran amistad y siendo presente en muchos momentos personales que no olvidará jamás, como el hecho de que él fuera el encargado de llevar a la reina Sofía al hospital por los partos de sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe (“casi los he criado yo”, llegó a decir en una ocasión). Un hombre que sabía muchas cosas del Borbón: "Gaudencio ha sido una de las personas que más secretos ha podido conocer, pero nunca ha desvelado lo más mínimo. Por ello, ha contado con el beneplácito de la realeza en todo momento", indican en Lecturas. El chófer se instaló en Zarzuela con su mujer e hijos, donde estuvo casi 50 años antes de jubilarse. Cuando esto pasó, se distanciaron, aunque siempre mantuvieron el contacto a través de felicitaciones de Navidad o aniversarios. Sin duda, su muerte ha dejado destrozado a Juan Carlos. El monarca ha perdido un amigo y le ve las orejas al lobo al ver cómo nuevamente tiene que decir adiós a alguien de su entorno, y que ya le van quedando pocos.
