Los Urdangarin han tenido poca relación con Felipe VI y Letizia, y es que cuando eran unos niños estalló el caso Nóos y los Borbón Ortiz se desvincularon por completo de la familia para salvar la corona y la imagen de sus hijas. Intentaron no reunirse, aunque los más pequeños de la casa no tuviesen culpa de nada, pero las diferencias de sus padres han hecho que los hijos de cada uno no tengan relación entre ellos. Iñaki Urdangarin es una figura ‘non grata’ en la Casa Real. Se ha intentado silenciar, probablemente mediante una importante cantidad de dinero, como asegura Juan Luis Galiacho. Una vez que la infanta Cristina anunció oficialmente su divorcio, se ha acercado más a su hermano, como también lo han hecho los Urdangarin.

Felipe VI y Letizia temían por Pablo Urdangarin y su cercanía con Iñaki. Le ven como una persona muy parecida a él, le tiene como ejemplo y quiere ser idéntico. De hecho, a día de hoy se dedica al balonmano, aunque por si la cosa no sale bien también se ha formado en la universidad. Es un apasionado de este deporte con el que se ha criado desde pequeño y está muy ilusionado con poder dedicarse a ello. No obstante, Pablo tiene una gran frustración porque no logra continuar escalando posiciones.
Pablo Urdangarin quiere seguir los pasos de su padre. Su idea es convertirse en uno de los mejores jugadores de balonmano con los mejores equipos y ganar grandes títulos, pero por ahora debe conformarse con el CB Granollers. El equipo por el que fichó hace dos temporadas tras despedirse del FC Barcelona, donde dio sus primeros pasos su padre.
Pablo Urdangarin quiere combatir a la mano negra
El joven siempre ha creído que existía una mano negra encargada de frenar el crecimiento de Pablo en el terreno deportivo. Nunca se le contrataba para la Selección Española de Balonmano, ni le han llamado de ningún equipo grande, aunque todos saben que es el hijo de Iñaki Urdangarin. Se cambió de equipo para poder destacar, pero ni por esas. Según el entorno de Pablo, él cree que los reyes son los que mueven sus contactos para que no reciba más oportunidades. No quieren que se convierta en un rostro mediático y sea un problema para la corona.
En vez de enemistarse con Felipe VI y Letizia, como ha hecho hasta la fecha, Pablo Urdangarin ha querido acercarse a sus tíos y retomar la relación con ellos. Cree que estando de su lado y mostrándoles que no es ninguna amenaza podría lograr una mejor relación con ellos y por tanto conseguir que le quiten ese veto que él cree que existe.
