La vida de Miguel Urdangarin es muy inestable. El hijo de la infanta Cristina no logra crear su camino, ni a través de una empresa ni con su emprendimiento. El joven estudió Ciencias del mar en Oxford, y una vez que finalizó su formación universitaria realizó unos meses de prácticas como becario, pero aquella empresa no le contrató. Cuando terminó su contrato, como muchos otros, le despidió. Podría ser que al ser nieto de Juan Carlos I le fuese más fácil encontrar trabajo, ya que tiene contacto en muchos países, sin embargo, Miguel continúa como pollo sin cabeza. Cuando tiene una oportunidad la pierde en nada.
Miguel Urdangarin se tomó el año pasado un año sabático, siguiendo el ejemplo de Irene Urdangarin. Los dos jóvenes no sabían como encauzar su camino y se trasladaron a Madrid, al palacio de la Zarzuela, aunque la negativa de los reyes. Estuvieron viviendo durante un tiempo con la reina Sofía, una compañía más que necesaria. Pero también salieron por las noches. El hermano de Juan y Pablo se reencontró por la noche madrileña con una vieja conocida, una antigua compañera de clase en Suiza, y surgió el amor.
Miguel Urdangarin, frustrado y triste, no encuentra un trabajo
Mientras triunfa en el amor no lo hace en el trabajo, el joven no logra cumplir sus metas y es algo frustrante para él porque empieza a hacerse mayor y de momento no se le augura un buen futuro. En 2020, con 18 años, se matriculó en la Universidad de Southampton (Reino Unido), en el National Oceanography Centre (NOCS), una institución de referencia en Europa en ciencias marinas y oceanografía. Allí cursó un grado en Ciencias del Mar (Marine Biology) durante tres años. Ahora es graduado en Biología Marina.
A finales de 2024 empezó a trabajar con una compañía especializada en el reciclaje de residuos y economía circular. Fuentes cercanas indican a ‘Elcierredigital’ que "trabaja como técnico ambiental. Participa en proyectos de revalorización de materiales y reducción de la huella ecológica”.
Pero en estos momentos tampoco se encontraría en este trabajo. Estuvo unos meses en Suiza mientras preparaba un nuevo proyecto pero finalmente no salió adelante, es una sensación muy frustrante.
Parece que las empresas tampoco quieren asociarse con él, tal vez por el famoso apellido Urdangarin, que está dañado por su padre, pero es que el Borbón tampoco es que tenga su mejor momento.