Cuando parece que el príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle consiguen recuperar algo de calma, una nueva polémica vuelve a dilapidar la tranquilidad de la pareja.  Tras años de conflictos públicos desde su polémica salida de la familia real británica, la esperada calma se ha visto truncada, una vez más, por un nuevo frente de tensión interna dentro de la Casa Real.

El detonante esta vez han sido las declaraciones de Enrique en una entrevista reciente con la BBC, donde lanzó duras críticas contra su padre, Carlos III, acusándolo de haber influido en su derrota judicial respecto a la seguridad oficial durante sus visitas al Reino Unido. Aunque en la misma conversación suplicaba una reconciliación familiar, sus palabras no cayeron bien. Ni en la opinión pública británica, ni en el entorno real.

Meghan Markle y Harry
Meghan Markle y Enrique

El príncipe Enrique provoca otro incendio en la familia real británica

Según una encuesta publicada el 14 de mayo por YouGov, la popularidad de Enrique ha tocado fondo: solo el 27% de los británicos tiene una visión positiva de él, mientras que un contundente 63% expresa opiniones negativas. Pero quien peor parada ha salido es Meghan Markle, que ha alcanzado su peor índice de aprobación desde 2017. Apenas un 20% tiene una imagen favorable de ella, y un 65% expresa rechazo.

En medio de esta crisis de imagen, Meghan ha recibido varios mensajes privados de Camilla Parker Bowles, reina consorte, quien ha decidido no callarse más. Según fuentes británicas, Camilla le habría enviado una serie de mensajes directos, cargados de reproches, sarcasmo y dureza, en los que deja a Meghan, como se dice popularmente, a la altura del betún.

Camilla Parker Bowles
Camilla Parker Bowles

Camilla Parker Bowles ya no se calla

La actitud de Camilla marca un cambio de tono. Durante años, ha sido una figura más bien silenciosa, discreta, pese a ser blanco frecuente de ataques indirectos por parte de los duques de Sussex. Pero ahora, con Carlos III gravemente enfermo y su rol futuro en la monarquía en incertidumbre, Camilla parece decidida a defender su lugar y no dejar pasar más lo que considera una campaña de desprestigio contra la institución.

Los mensajes han sido contundentes. Camilla le habría recordado a Meghan el daño causado a la familia, los ataques mediáticos, y su constante intención de posicionarse como víctima, mientras desde dentro, según ella, solo ha sembrado división. Mientras Carlos III opta por el silencio estratégico, Camilla toma la voz.