La nueva polémica que sacude a Meghan Markle no proviene de Buckingham Palace, sino de sus propias palabras. En una charla reciente con la empresaria Hannah Mendoza, fundadora de Clevr Blends, la duquesa de Sussex reveló que durante sus embarazos recurrió a la medicina ayurvédica —una práctica ancestral de la India— para aliviar los síntomas gestacionales. Según explicó en su podcast, Confessions of a Female Founder, fue guiada por un médico especializado y adoptó una dieta rica en adaptógenos y superalimentos, entre ellos, hongos con propiedades terapéuticas.
"Creo que mucha gente, cuando escucha hongos, piensa: 'Bueno, está hablando de ser hippie, de estar arraigado en todas estas cosas. Si no estás familiarizado con los adaptógenos, puedes llegar a ese punto de pensar: 'Oh, se siente un poco psicodélico y súper extraño”, explicó Meghan en su podcast. Y agregó: “Existen estos elementos e ingredientes que han formado parte de nuestro ecosistema natural y sistema alimentario durante mucho tiempo, ya sea reconocido o no, y que, de alguna manera, cuando se dice ‘hongos’, ahora la gente les atribuye una connotación. Pero en realidad es solo una tendencia alimentaria. Durante mis embarazos, tuve un médico ayurvédico y gran parte de mi atención se centró en ver la comida como medicina”.

Críticas feroces a su afán de protagonismo: ¿Meghan está desconectada de la realidad?
Sin embargo, lo que debía ser una revelación íntima sobre su experiencia como madre se ha convertido en un auténtico incendio en redes sociales. La frase “ver la comida como medicina” ha sido descontextualizada, criticada y ridiculizada por una audiencia cada vez más fatigada del protagonismo que Meghan busca en cada aparición pública. El rechazo ha sido tan masivo que incluso algunos seguidores habituales han manifestado su hartazgo con frases como: “Nadie escucha y a nadie le importa... Soy yo, yo, yo, igual que Harry..."; “¿Esto va a ser su nuevo documental de Netflix que a nadie le interesa?".
Lejos de encontrar comprensión, las declaraciones sobre su maternidad alternativa han sido tildadas de “exóticas”, “innecesarias” y hasta “una estrategia de marketing encubierta”. La comparación con prácticas psicodélicas y la ambigüedad de sus palabras generaron una tormenta perfecta en Instagram, X (antes Twitter) y TikTok. “¿Hongos en el embarazo? ¿Está de broma?”, escribió un usuario indignado. Otros fueron aún más tajantes: “Que deje de dar entrevistas, nadie se lo ha pedido”.

El desgaste visible de Meghan Markle en los medios
Pero este nuevo frente de rechazo no es aislado. Se suma a una cadena de decisiones mediáticas que han dañado su imagen pública. Desde el fracaso parcial de su serie en Netflix With Love, Meghan, pasando por su regreso al mundo del podcasting con Confessions of a Female Founder, hasta el lanzamiento de sus mermeladas y tiendas online, cada movimiento parece calculado para alimentar una narrativa centrada en sí misma. Y eso, en plena crisis de simpatía, ha sido un error garrafal.
El desgaste es evidente. Su afán por mantenerse en el foco ha derivado en una sobreexposición peligrosa. Y es que, con cada nuevo proyecto, Meghan Markle busca redefinir su imagen pública, pero el espejo mediático la devuelve siempre al mismo reflejo: el de una figura polarizante que no logra conectar con una audiencia que, al parecer, ha decidido darle la espalda. ¿Logrará reinventarse o será este el principio del adiós definitivo a su reinado en los medios? Solo el tiempo o ella misma, como siempre, lo dirá.