La relación entre Carlos III y su hijo el príncipe Harry nunca ha estado en un momento tan delicado. El distanciamiento entre ambos no solo se traduce en silencios y reproches, también tiene víctimas colaterales: los pequeños Archie y Lilibet, los nietos que el monarca apenas ha podido conocer. Y, según apuntan fuentes cercanas al entorno de los Sussex, Meghan Markle es quien está poniendo todas las trabas para que ese encuentro no se produzca.

Meghan Markle
Meghan Markle

Desde que los duques de Sussex decidieron romper con la Casa Real y marcharse a California, las visitas se cuentan con los dedos de una mano. Carlos III conoció a su nieta Lilibet apenas unos minutos durante el Jubileo de Platino de Isabel II, y no ha vuelto a verla. De Archie, poco más que fotografías. El rey, cuentan, se siente frustrado, dolido y cada vez más impotente.

Fuentes próximas a palacio aseguran que el monarca ha intentado varias veces reconstruir puentes con su hijo menor, enviando mensajes privados, regalos y hasta proponiendo encuentros discretos en Escocia o Londres. Pero Meghan Markle no estaría dispuesta a ceder. La exactriz de Suits teme que cualquier acercamiento se convierta en un arma mediática o en una oportunidad para que la prensa británica recupere el control del relato.

Meghan Markle no quiere tener relación con la familia británica 

Harry, atrapado entre su padre y su esposa, guarda silencio. En las últimas semanas se ha especulado con que el duque de Sussex estaría dispuesto a visitar el Reino Unido a finales de año, aunque sin Meghan ni los niños. Una decisión que no ha sentado bien a Carlos III, que habría querido aprovechar la ocasión para reencontrarse con sus nietos.

Desde Buckingham, el ambiente es de resignación. Nadie se atreve a pronunciar el nombre de Meghan en presencia del rey. Dicen que Carlos está profundamente afectado, que le duele ver cómo se desvanece la posibilidad de formar parte de la vida de Archie y Lilibet. “Siente que le están robando a sus nietos”, confiesa una fuente cercana al monarca.

Mientras tanto, en Montecito, Meghan parece tener claro su papel: proteger a los suyos, incluso si eso significa alejarse definitivamente de la corona. Una batalla silenciosa, pero feroz, que demuestra que en la familia Windsor, las guerras más duras no siempre se libran en público.

Archie Meghan Harry GTRES
Archie Meghan Harry GTRES