Que la actual monarquía española es heredera directa de un dictador fascista es una cosa que no gusta oír en las españas. Pero es así: Franco despachó a Juan de Borbón y modeló a Juan Carlos para sucederlo en la Jefatura del Estado, perpetuando muchos de sus valores hasta nuestros días de Felipe VI. Paralelamente, además, la sangre franquista y la borbónica se iban mezclando, y no metafóricamente. De este cóctel dinástico surgió un personaje que reúne lo mejor de los dos mundos: Luis Alfonso de Borbón y Martínez-Bordiú. Tiene varios títulos nobiliarios pero que no valen un céntimo, como el de Duque de Borbón o Duque de Anjou. Este último es el que le hace soñar con el trono de Francia, del cual se autonombra heredero legítimo. Que espere sentado, la cosa va para largo. Y él no es demasiado de estar sentado, no. Él es más de Arriba España.
Cuántas veces habrá gritado Luis Alfonso esta arenga tan franquista, facha y cavernícola. Es su frase favorita del mundo mundial. Durante los últimos años más que nunca, coincidiendo con el estallido de VOX, su partido predilecto. También a raíz de la rabieta que tuvo que tragarse en 2018, cuando exhumaron a la momia del militar para trasladarla lejos de sus víctimas en el Valle de los Caídos. El bisnieto se subía por las paredes, tan implicado como está con el legado fascista. Tanto es así que fue uno de los portadores del féretro en aquella ceremonia, como hizo el huido Juan Carlos en su día. Escribía esos días en Twitter: "Te fuiste hace 43 años, pero estás más presente que nunca. Tus enemigos y unos traidores a la Patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte. Otros muchos te seguimos recordando y rezando por ti. Pero tu insuperable obra (la clase media, la Seguridad Social, las viviendas protegidas, las carreteras, las universidades, los hospitales, las industrias, los pueblos, los pantanos, los bosques...) permanecerá para siempre". Este es el personaje en cuestión, primito del rey de España. Casi ná.
En cuanto a la parte profesional de Luis Alfonso, podemos decir que la suya es una historia que hace honor a sus apellidos. Tejemanejes: ha tenido problemas por supuesto fraude bancario en Panamá y Venezuela, acusado de hacerse pasar por príncipe para estafar inversores de aquellos países. También lo pillaron con cuentas en Suiza. Después tiene otra vertiente menos conocida, pero que está explotando intensamente desde hace un tiempo. Es empresario del sector de los juegos de mesa. Sí, sí. De hecho es una especie de creador. Su obra más famosa, o ridícula, 'Juega España'. Un juego "con el que promete colarse en los hogares estas Navidades para entrentener e instruir a partes iguales repasando algunos de los episodios, personajes y obras de arte más relevantes de nuestra historia". 96 cartas y un dado con los colores de la rojigualda, de 2 a 8 jugadores y 468 preguntas. ¿Quién gana?: "El primer jugador que con las letras de sus cartas consiga formar la palabra ESPAÑA". No falta la carta de Franco, clar. Ni un truco para ganar: gritar 'Arriba España'. Así puedes robar sin peligro. Sin esconderte.
Pues bien, imaginamos que la ocurrencia tuvo mucho éxito entre las familias ultras, porque sigue sacando nuevos productos al mercado. Ahora el tema son las barajas de cartas. Tiene dos: la más cañí, 'Salta al Ruedo'. Leemos en LOC que es "un homenaje a nuestra ahora denostada fiesta de los toros, un patrimonio cultural que se debe proteger, una tradición muy española y una fiesta llena de color, alegría, arte y valor". 80 cartas dedicadas a maltratadores de animales como Manolete, Curro Romero, Juli o Enrique Ponce, íntimo de Luis Alfonso. Gana quien forme la palabra 'torero'. Y olé. La afición favorita de los Borbones, qué diver.
Que monte un chiringuito en la Madrid de Ayuso, se pondrá las botas. España es asín.