Todos sabemos que el sosiego y las buenas formas no son precisamente dos de las virtudes de Carlos III de Inglaterra. El máximo responsable de 'La Firma' es un ejemplo de lo que no tiene que ser un Rey: malcriado, altivo y maleducado. Él es las tres cosas, y además, un acomodado de la parra: cabe recordar que, a diferencia de Felipe VI, Carlos exige a sus mayordomos que le planchen los cordones de los zapatos para que se pueda atar el nudo a la perfección o que le dejen la pasta de dientes preparada en el cepillo. También es protagonista de otras excentricidades como la de mandar a sus plebeyos a que le pongan la bañera a una temperatura exacta y siempre la misma. Y, para colmo, todo eso no se lo paga a los mayordomos con caricias, abrazos o sueldos vitalicios: lo hace con berrinches de campeonato.

Carlos III, de joven - EFE
Carlos III, de joven - EFE

Berrinches de campeonato como el que tuvo con Paul Burrell, el ex mayordomo de la princesa Diana de Gales, Lady Di. Esposa de Carlos III durante unos cuantos años, cinco años antes de su muerte, Diana decidió separarse, pero Buckingham no se lo permitió. Windsor, mediante Isabel II, exigió el divorcio. No querían que Lady Di pintara nada en la Royal Family. Pero se ve que Carlos la tenía tomada con Diana desde hacía tiempo, pues el entonces príncipe la engañaba en la cama. Hasta que Lady Di se hartó y pidió la separación. Y es que todo era "una relación de tres". Camilla Parker-Bowles era la Z de la ecuación. Y ahí entra en acción otra pieza clave: Paul Burrell.

Lady Di EFE
Lady Di EFE

El mayordomo de 'La Firma' le confesaba ayer a Risto Mejide en 'Viajando con Chester' cuál fue el momento más desagradable con el príncipe de Gales. "Una noche la Princesa me llamó y me preguntó dónde estaba Carlos. '¿Dónde ha ido?', me dijo. Entonces le conté que no se lo podía decir, que no era justo, que se lo preguntara ella", relataba Burrell. Dicho y hecho: "La princesa lo llamó a 1ª hora y 5 minutos después me llamó el príncipe Carlos para que acudiera a verle". Cuando se desplazó hacia la estancia de Charles, Burrell fue recibido a grito pelao. Atención a lo que le dijo tras, supuestamente, haber pasado una noche de desenfreno con Camilla Parker-Bowles, la actual reina de Inglaterra:

Paul Burrell   CUATRO
Paul Burrell CUATRO

"Te pido que mientas por mí. Sí, soy el príncipe de Gales. Un día seré rey de este país y tú harás lo que yo diga", bramaba Carlos antes de soltar una de sus perlas: "Yo pago tu sueldo y tú harás exactamente lo que te pido". Burrell cuenta que Carlos no se quedó aquí y que, mientras se ponía "de color azul", cogió un libro de su estantería y se lo tiró con mala leche. Por suerte, Burrell lo esquivó y se marchó, atemorizado. Cinco minutos después, el aún marido de Lady Di lo llamó por teléfono y le pidió unas sinceras disculpas. "Y este es, pensé, el hombre que se va a convertir en Rey", remataba ayer el mayordomo Burrell.