Durante más de dos décadas formando parte activa de la monarquía española, la reina Letizia ha cuidado con meticuloso detalle cada aspecto de su pasado. Desde que entró en la Casa Real, su historia personal ha sido desmenuzada, limpiada y reescrita para adaptarse a los estándares de la monarquía española. En este contexto, una figura ha permanecido en la sombra todo este tiempo: Otilia, la mujer a la que muchos identifican como su tía materna, aunque su nombre jamás ha sido mencionado públicamente por Letizia ni por su entorno.

La historia de Otilia comienza mucho antes de que Letizia naciera. Su abuela materna, Enriqueta Rodríguez Figueredo, tuvo una hija fruto de un matrimonio anterior, antes de casarse con el abuelo de Letizia, Francisco Rocasolano. Esa hija fue Otilia, una figura que no encajaba en la imagen de familia estable y ejemplar que los asesores reales necesitaban construir en torno a la futura reina.

Els avis materns de Letícia, Francisco Rocasolano i Enriqueta Rodríguez / GTRES
Francisco Rocasolano y Enriqueta Rodríguez / Gtres

Otilia era hija de una relación anterior de la madre de Paloma Rocasolano

Posteriormente, de ese matrimonio nació Paloma Rocasolano, madre de Letizia, que fue criada junto a su hermano en el seno de una familia tradicional. Mientras tanto, Otilia quedó relegada, minimizando el vínculo con sus medios hermanos y aún menos con su sobrina, la futura reina. Según las fuentes, Otilia creció al margen del núcleo familiar.

A medida que Letizia fue ganando protagonismo en la vida pública, primero como periodista y luego como prometida del entonces príncipe Felipe, la maquinaria institucional se activó. Todo rastro de Otilia fue borrado del relato oficial de la familia Rocasolano. En la biografía pública de la reina, Otilia no existe: ni fotos, ni menciones. Ni siquiera rumores.

Paloma Rocasolano
Paloma Rocasolano

Ni rastro de Otilia en el relato real

Ni en Zarzuela ni en el entorno íntimo de los Ortiz Rocasolano se ha hablado jamás de Otilia. Algunas fuentes aseguran que la mujer ha tenido una vida discreta, alejada del foco mediático, pero que el silencio no ha sido por elección propia, sino impuesto. Para la Casa Real, admitir la existencia de una tía nacida de otro matrimonio rompía con la narrativa monárquica tradicional, ya bastante cuestionada por los orígenes humildes de Letizia.

En este sentido, cabe recordar que a la reina se le reprochó durante años ser “nieta de un taxista” y “plebeya”, términos que se utilizaron para subrayar su falta de linaje. En este contexto, incluir en su árbol genealógico a una tía que no pertenecía al matrimonio “oficial” habría sido considerado otro detalle “escandaloso” del entorno de Letizia.