A lo largo de dos décadas, la figura de Letizia Ortiz se ha consolidado como uno de los pilares principales de la monarquía española. Aunque lo cierto es que su ascenso desde el periodismo a la realeza nunca estuvo exento de recelos. Y ahora una información la vuelve a poner en el punto de mira: Letizia figura como beneficiaria directa de parte del patrimonio personal de Juan Carlos I. Un hecho que, según varias fuentes, habría quedado sellado antes incluso de su boda con Felipe VI.
Públicamente, se ha presentado a Letizia como una mujer sin grandes recursos económicos. Sin embargo, la realidad apunta en una dirección muy diferente. Según han apuntado voces al entorno real, la reina consorte habría blindado su futuro económico con un acuerdo prematrimonial que le garantiza una parte significativa de la herencia del rey emérito. No se trataría de una cláusula simbólica: su nombre estaría ligado a fondos privados gestionados desde el extranjero, canalizados a través de cuentas offshore y estructuras que escapan al control directo del Estado.
Aseguran que Letizia ha pactado recibir una parte de la herencia del rey emérito Juan Carlos I
Esta información ha sido respaldada por fuentes como Laura Rodríguez y Rafael Rosselló, que apuntan a la existencia de documentos firmados que garantizan a Letizia una porción reservada del patrimonio de Juan Carlos I. Una riqueza que podría rondar los 1.800 millones de euros, según estimaciones no oficiales. "Letizia no solo ha asegurado su posición institucional, sino también su posición patrimonial", aseguran.
Un acuerdo que habría llegado antes de contraer matrimonio con Felipe. Se trataría de una condición impuesta por la propia Letizia o por su entorno, como garantía de estabilidad frente a un entorno que inicialmente la recibía con desconfianza. Juan Carlos I, en su intento de mantener el control y evitar escándalos futuros, habría aceptado esta fórmula.
Esto explicaría, en parte, el lujo que rodea a Letizia y a su madre, Paloma Rocasolano, quienes disfrutan de viajes exclusivos, estancias en el extranjero y un estilo de vida que parece ir más allá del presupuesto oficial de la Casa Real. Algunas voces apuntan incluso a que esta ventaja económica habría sido un factor decisivo para que Letizia decidiera no formalizar su separación de Felipe VI, a pesar de llevar más de un año viviendo en residencias distintas dentro del recinto de Zarzuela.