La relación entre Juan Carlos I y Felipe VI vuelve a tensarse por un asunto delicado: el estado de salud mental del rey emérito. A sus 87 años, el antiguo monarca ve con creciente sospecha cómo se filtran informaciones que insinúan un avanzado deterioro cognitivo. Algo que él niega de forma rotunda. Según fuentes cercanas, Juan Carlos considera que estas filtraciones no son accidentales, sino parte de una estrategia bien calculada promovida desde Zarzuela, y que incluso involucra a personas del entorno directo de su hijo.
Los rumores sobre la demencia senil del ex jefe de Estado se han intensificado en los últimos meses. Se habla de episodios de desorientación, olvidos frecuentes, y de cómo ha llegado a no reconocer a amigos íntimos en ciertos encuentros privados. El periodista Diego Arrabal incluso reveló que casa real le había intervenido las llamadas por miedo a que dijera algo comprometedor en sus conversaciones privadas. En paralelo, su dependencia de ayudas físicas como audífonos, bastones o incluso silla de ruedas, alimenta esa imagen de fragilidad.

Juan Carlos I cree que es la casa real quien difunde informaciones sobre su salud
Pero para Juan Carlos I, el objetivo final es otro: desacreditar sus memorias, que se publicarán próximamente bajo el título 'Reconciliación'. El emérito cree que existe una clara intención de restar credibilidad a su testimonio, presentándolo como un hombre confuso y fuera de sí, incapaz de relatar los hechos con objetividad. De ahí que sospeche que las recientes noticias sobre su salud no sean más que una campaña que proviene de la propia Zarzuela.
Esta biografía, que él mismo ha supervisado durante meses desde su residencia en Abu Dabi, pretende ser su último gran gesto público. Un intento de acercarse al pueblo español del que se ha reído durante décadas, y explicar su versión de los escándalos que marcaron el final de su reinado. En otras palabras, un papelón para ser recordado de la mejor forma posible, si es que la hay, antes de que sea tarde.

El emérito cree que se quiere restar crédito a sus memorias
Sin embargo, según distintas fuentes de la Casa Real, Felipe VI y sus asesores temen que el libro genere un efecto contraproducente. Es decir, que aumente la animadversión y la crítica social hacia la monarquía española y los borbones.
El entorno del emérito sostiene que, a pesar de los achaques propios de la edad, Juan Carlos conserva su lucidez. Y que está perfectamente capacitado para defender su legado. Él mismo ha manifestado en privado su frustración por lo que considera una maniobra "desleal" y "cruel". Incluso ha llegado a decir que su hijo intenta borrarlo de la historia antes de tiempo, desprestigiando su figura mediante rumores interesados.
Por el momento, Zarzuela guarda silencio, sin confirmar ni desmentir las acusaciones. Tampoco se ha pronunciado sobre el contenido de 'Reconciliación'.