Una de las características que van ligadas a la reina Letizia, desde siempre, es su control exhaustivo en todo. En materia de alimentación, por descontado, pero también qué hacen, dicen y cómo salen sus hijas, qué tiene que hacer su marido y cualquier cosa que pase en palacio. Ella corta el bacalao y no hay quien le haga sombra. Si la asturiana es una persona que controla todo lo que hace su entorno, con ella, con su imagen, también. La Letizia Ortiz que conocíamos hace unos años, cuando se enamoró del entonces príncipe Felipe, no tiene nada que ver con la imagen que ahora proyecta la reina española. Y es que a nadie se le escapa que la reina ha hecho como aquella protagonista de la canción de Emilio Aragón dedicada a una tal Paloma: "Le gusta la cirugía. Ha pasado tantas veces por quirófano que no la conocía".

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La familia real / @CasaReal

Letizia ha pasado muchas veces por el quirófano. El bisturí no le es ajeno y los cirujanos estéticos han hecho el agosto con una mujer que a menudo aparece con un nuevo retoque. Y ahora el diario El Mundo ha puesto el acento en una imagen que no ha pasado desapercibida y que es la habitual de Letizia los últimos tiempos. El nuevo rostro de Letizia, si tiene una característica que la diferencia de cómo la recordamos de años atrás es esta: sus cejas cada vez están más levantadas, cada vez las tiene más arriba. Solo hay que comparar cualquier fotografía actual con otros de épocas pasadas. Mientras que a la mayoría de los mortales se nos van cayendo, como todo el resto, a ella "se le van levantado como si estuvieran a punto de echar a volar en cualquier momento".

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Letizia, cejas arriba / GTRES

Letizia ya llevaba de serie un tipo de ceja "altiva" que siempre le ha dado un aspecto de cierta suficiencia o superioridad moral con respeto al resto. Pero el mencionado medio no se corta a la hora de definir las cejas de Letizia como dos partes de su cara que "no solo parecen haber vencido a la ley de la gravedad, sino que suben y suben como el precio de la cesta de la compra". ¿Por qué? Evidentemente, "tras esas miradas con un puntillo a malvada de cuento infantil, no hay más magia que la de la estética". Y es que los llamados "foxy eyes" están de moda. La mirada felina de la reina es una prueba, con esta voluntad de tener una mirada menos agotada y sí más firme. Pero que vaya con cuidado, avisan los expertos consultados, porque si no, el riesgo de hacerse un estropicio es muy elevado. O le pone freno al tema, o Letizia provocará el efecto contrario del deseado: "Cuando se sobreelevan, puede dar como resultado una imagen antinatural como de 'villano' de cuento", dice una experta.

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Letizia, con Paloma Rocasolano y Sofía / GTRES

Esta imagen, por el efecto de la posición del dedo de Paloma Rocasolano, parece como si la madre de Letizia quisiera tocar la ceja de su hija para avisarla. Y un aviso es lo que hace una especialista en la materia consultada por el citado medio: "debe aplicárselo en su justa medida para abrir la mirada, porque, en exceso, dan un aspecto felino o maléfico no deseado. Si no se pincha correctamente, nos podemos encontrar con esas cejas de Mefisto, que quedan bastante mal porque son como de un diablo". Otro especialista en la materia pone encima de la mesa que a veces, estas cejas de diablo "se deben a una mala técnica en el uso de la toxina botulínica en el tratamiento del tercio superior, que hace que se descompensen los músculos elevadores de la ceja de los depresores, consiguiendo un efecto de ceja picuda poco estético". Una moda en la que ha caído Letizia a todos los efectos. Pero que vigile o pronto no tendrá expresividad en la mirada y estas cejas elevadas al máximo harán que parezca un robot a la hora de mirar y gesticular.