La princesa Leonor encara la recta final de su exigente travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, una experiencia clave en su formación militar que, sin embargo, ha planteado retos físicos y emocionales que han puesto en alerta a su familia, especialmente a su madre, la reina Letizia. Tras más de cuatro meses y medio de navegación por América Latina y el Caribe, el balance que llega a Zarzuela no es tan positivo como se esperaba.
Desde que zarpara en enero desde Cádiz, la heredera al trono ha recorrido miles de millas marítimas, visitando países como Uruguay, Chile, Brasil, Perú, Colombia y República Dominicana. Este sábado, el Elcano zarpa rumbo a Nueva York, con una llegada prevista el 5 de junio.

La princesa Leonor pone rumbo a Nueva York
Sin embargo, aunque está siendo una experiencia muy enriquecedora, la princesa tiene muchas ganas de volver a tierra firme de forma definitiva. Y es que Leonor, en esta etapa, ha tenido que hacer frente a serias dificultades de salud. La adaptación a la vida a bordo ha sido especialmente complicada para Leonor. El reducido espacio, la convivencia en camarotes compartidos, los baños comunes y las condiciones meteorológicas extremas han afectado su bienestar. Según fuentes próximas, la princesa ha sufrido mareos persistentes y vómitos recurrentes. Algo habitual en personas que no están habituadas a navegar en alta mar. Y ha requerido medicación cada ocho horas para contrarrestar los efectos del balanceo del barco.
El uso continuado de biodramina ha aliviado parte del malestar, pero no ha impedido que Leonor haya tenido ausencias en las clases del programa de instrucción, además de caídas accidentales a causa del mareo, que le han dejado hematomas visibles en los brazos. Estos episodios han generado una preocupación creciente en la Casa Real.
Letizia interviene la dieta de Leonor
Al margen de todo ello, otro de los aspectos que han requerido atención especial es su estado físico. A Leonor le han detectado ganancia de peso, algo que no ha pasado desapercibido en sus últimas apariciones públicas. Ante esta situación, la reina Letizia ha tomado una decisión firme: autorizar la intervención directa del equipo médico del buque. Letizia ha solicitado una valoración más profunda sobre cómo mejorar su forma física.

Uno de los principales focos de atención es la alimentación a bordo. Aunque los menús del Elcano son valorados positivamente, también hay opciones de batidos, bocadillos o dulces. Alimentos que no se ajustan a las preferencias de la reina, que siempre ha inculcado en su hija el valor de llevar una buena alimentación. Por esta razón, la reina ha pedido la colaboración de un nutricionista especializado para revisar la dieta diaria y adaptar las porciones y los componentes nutricionales a los requerimientos físicos de la princesa.