La Casa Real volvió a ser la protagonista el pasado domingo con el desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre, un día marcado en rojo en la agenda institucional. Es una cita ineludible. En los últimos años, por motivos de formación, Leonor y la infanta Sofía han tenido que ausentarse. Lo hicieron cuando cursaban bachillerato internacional en Gales. La princesa se ausentó en los años 2021 y 2022 y la infanta en 2023 y 2024. Es el primer año en el que están ambas juntas siendo mayores de edad. Además, como ya sucedió el año pasado, Leonor tiene un papel activo en este desfile junto a su padre. Letizia y Sofía son meras espectadores, aunque en esta ocasión la benjamina de la familia ha destacado porque Casa Real ha decidido que ella también esté presente en el besamanos posterior al desfile donde reciben a las autoridades y a los miembros de los ejércitos.

Cada uno de los movimientos de Leonor y Sofía han sido analizados con lupa. Incluso la benjamina de la familia volvió a equivocarse generando cierta naturalidad y cercanía. El error se cometía en la primera pausa de los saludos, cuando ya habían pasado unas 200 personas. La infanta caminaba por el lado izquierdo de la princesa y su hermana la corregía entre risas demostrando la buena relación que existe entre ellas.
La infanta Sofía se siente inferior a Leonor
Allí también quedó más evidente un detalle. Leonor le puso la mano por la espalda a la infanta y se vio la incomodidad por la diferencia de altura. Una vez más, la infanta, aunque le gustan los zapatos de tacón, tuvo que conformarse con ir totalmente plana. Letizia no deja que vista con zapatos de tacón porque ya es demasiado alta, se parece más a los Borbón, y deja a su hermana por los suelos. La gran protagonista es la princesa, porque será la futura heredera, aunque esto despierte de alguna manera los celos de la infanta, quien siempre se ha sentido una eterna segundona.
La reina tampoco ha querido que su hija pequeña destaque en la forma de vestir. En esta ocasión, la princesa debía ir vestida con el traje de gala de la Armada, la última formación que ha superado. La infanta podía lucir un vestido de su armario. La estilista de Letizia seleccionó para ella un vestido ancho negro con lunares. La vestimenta la engordaba aún más y le quitaba luminosidad. Muchos pensaban que era una mujer de cuarenta años o más. No viste acorde a su edad, pero es que tampoco puede destacar. Letizia amarga la vida a su hija quitándole personalidad y haciéndola sentir inferior.
