Nueva revelación del cronista real y enemigo número 1 de la reina Letizia. Jaime Peñafiel da un salto de 15 años atrás y nos sitúa en los cursillos prematrimoniales de los monarcas. Una tarea nada fácil para el obispo auxiliar de Madrid en aquella época, José Manuel Estepa (cardenal fallecido esta semana), debido a "los antecedentes sentimentales y religiosos de la señorita Ortiz Rocasolano, con un matrimonio civil fracasado o un embarazo interrumpido, vulgarmente aborto, y poca o nula práctica religiosa". El periodista explica que, cuando la pecaminosa Letizia le reconocía que era divorciada, el cura quiso saber por qué lo volvía a intentar, en este caso, frente a los ojos de Dios. La respuesta, de traca: "Es que, cuando conocí a Felipe, vi la luz"

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Peñafiel ironiza con la respuesta de la princesa. ¿Cuál era aquella luz que la convirtió al catolicismo? ¿Era una divino? ¿O se trataba del resplandor de Zarzuela, de sus privilegios, de una cómoda y lucrativa forma de vida? En todo caso, la iglesia "hizo la vista gorda" y desde aquel día añadía a una nueva feligresa via matrimonio, por el amor de Dios... o el del su real chico. "Tanto monta, monta tanto". Amor había, a pesar de que en circunstancias excepcionales, en todos los sentidos. Incluso en el caso del desamor.

Letícia y Felip boda Casareal

Casa Real

Peñafiel también descubre otro secreto de los trámites previos del enlace: "Había un tema que Letizia se negaba a firmar tal y como estaba redactado: lo referente a los hijos en caso de separación". La reina pidió consejo a abogados, como a su primo David Rocasolano, que le recomendaba no firmarlo: "Este documento no es, ni siquiera, legal. No lo firmaría. Es nulo". Pero Felipe le hizo "pasar por el aro", conminándole a firmar sin oposición. El articulista de El Mundo pone la guinda con una cita de la actual princesa a su familiar. Demoledora: "Desengáñate, esto no es una historia de amor...".