Letizia y Felipe ya tienen su regalo de aniversario de bodas: la columna de Jaime Peñafiel. Por los 15 años de casados, el periodista acreditado a la boda real destapa las miserias de aquel enlace. El primero: su existencia. La inoportunidad de casarse con los 193 muertos del atentado del 11-M todavía calientes. Hoy sería imposible no retrasarlo por respeto a los muertos. En 2004, la Corona tenía carta blanca. Escribe Peñafiel: "Una ceremonia que, a mi juicio, nunca debía haberse celebrado… en esa fecha". La boda més trista de la monarquia europea: "Ese día Madrid no fue una fiesta. Yo, que he asistido a más de cincuenta, nunca, jamás, he visto una ciudad más triste que ese día Madrid" (Republica.com).
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Peñafiel sabe que los reyes llevarán siempre el estigma de casarse aquella fecha, con los atentados sobre la mesa. Y revela un gesto real muy feo nunca explicado: los príncipes despreciaron a las víctimas:"Lo peor sucedería cuando, en coche descubierto, se dirigieron desde la catedral a la basílica de Atocha para depositar, siguiendo la tradición, el ramo de la novia ante la Virgen, ramo que debería haberse depositado en el lugar del atentado, frente al que pasaron sin dignarse a mirar".
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Peñafiel no perdona y recuerda los momentos más penosos de la boda: 1) llovía a cántaros con la llegada de la novia 2) el rey se indignaba con el retraso por ver si paraba de llover: "¡Que la traigan ya!", pidió el rey don Juan Carlos ante el retraso de Letizia y su padre, mientras Felipe aguardaba nervioso al pie del altar. La tradicional puntualidad real estaba siendo negada. El retraso engendra el error en todo y del error sale, muy en menudo, el desastre". 3) el beso.
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Peñafiel ha visto el beso en la boca de la triste Lady Di a Charles y todo tipo de besos con lengua real. Letizia aceptó y devolvió un pírrico ósculo en la mejilla, como dos amigas al saludarse: "En todas las bodas reales el beso de los novios es obligado, uno gesto tradicional. Lo han hecho todos los novios reales menos... Felipe y Letizia. Ella lo hizo con un casto beso en... la mejilla". Lo que mal empieza mal acaba.