La monarquía española tiene una costumbre nada edificante: intentar contraprogramar a los Reyes Magos. La cosa viene de familia y se contagia: Juan Carlos I nació un 5 de enero, con Sus Majestades a punto de entrar en las casas de los españolitos, y el día siguiente se lo reservan para hacer su primera aparición pública celebrando la Pascua Militar. Lo que haga falta para marcar paquete en el único momento del año en la que unos reyes son bienvenidos por toda la población. Pero vaya, que la llevan clara: estas maniobras no cambiarán ni su suerte ni la percepción que buena parte de la población tiene sobre esta institución nada ilusionante.

El sarao monárquico, gubernamental y militar de la mañana del 6 de enero, el primero tras unas misteriosas vacaciones, resulta prescindible y repulsivo en algunos aspectos, pero por suerte también es un campo abonado para la sorpresa y los detalles insospechados. Y la jornada de este 2022 ha estado a la altura. Ahora bien, el protagonismo ha estado monopolizado por la reina de la casa, Letizia. Ella ha conseguido que el tostón del acontecimiento se convirtiera en un nuevo episodio cómico, como pasa con esta familia cuando se encuentran con sus firmes defensores uniformados del ejército. No, no ha sido ningun paracaidista aterrizando sobre una farola, ni una bandera izada de cualquier manera, ni tampoco una patrulla aérea confundiendo los colores de rojigualda en el cielo de Madrid. En esta ocasión sólo había que mirar al suelo, que es donde acabó una de las joyas de la consorte, un boche muy valorado de la familia borbónica. Una situación que recuerda a la que vivieron hace poco en Suecia, cuando cayó su bolso al suelo ante los reyes de Suecia. La homóloga escandinava quedó horrorizada al ver a la española agachada.

Letizia bolso agachada Telecinco

Letizia agachada en el suelo recogiendo el bolso en Suecia / Telecinco

En Madrid la escena ha tenido segunda parte, pero en esta ocasión Letizia no se ha movido ni un centímetro. Cosa que no ha hecho su marido, engalanado con el disfraz de comandante supremo de las fuerzas armadas, que se ha puesto de rodillas para recoger la joya y pasarla lo más disimuladamente posible a la propietaria, que parece ser un poco torpe: todo se le cae al suelo. Se entiende las prisas por recoger el objeto, porque debe valer una 'pasta gansa': según explican fuentes bien informadas, pertenece "al lote de pasar, descrito por la reina Victoria Eugenia en su testamento como un broche con perla grande gris pálido rodeada de brillantes y del cual cuelga una perla en forma de pera". Vaya, que con esta descripción tan imponente, cualquiera pensaría que provocó una cráter con el impacto. Del 'No mires arriba' de NETFLIX al 'Mira en el suelo, majestad'.

Felipe recoge broche Letizia GTRES

Felipe recoge el broche de Letizia / GTRES

Felipe de rodillas cono Letizia Twitter

Felipe de rodillas ante Letizia / Twitter

Momentos antes de este episodio, otra joya llamó la atención de los especialistas en la materia real y cortesana, siempre atentos a los looks de su reina (cosa que la halaga mucho). Bien, quizás no llega a la categoría de joya, y mucho menos a la relevancia del mencionado broche, pero causó sensación. Hablamos de un detalle casi imperceptible en su oreja izquierda, donde lucía un pendiente prominente. Un centímetro más arriba encontramos a la madre del cordero: se ha hecho un piercing. Nunca es tarde para apuntarse a esta moda, vete a saber si influenciada por su hija Leonor, ahora que es una joven con mucho mundo. Lo que está claro es que se lo ha hecho durante las fiestas de Navidad, porque justo antes de este periodo no tenía ninguna perforación. Esta es la prueba del... "delito".

LETIZIA CON PIERCING EN LA PASCUA MILITAR:

Letizia piercing EFE

Letizia con nuevo piercing / EFE

LETIZIA EL PASADO MES DE DICIEMBRE:

Letizia el 20 de diciembre de 2021 GTRES

Letizia el 20 de diciembre del 2021 / GTRES

Nos morimos por saber si es un ramalazo pasajero o quizás España podrá pronto presumir de tener la primera reina llena de piercings, dilataciones, tatuajes y todo el abanico de posibilidades que ofrece esta rama del arte corporal. Eso sí que sería rompedor.