Leonor inició el pasado lunes 1 de septiembre su tercer año de formación militar, en esta ocasión con el ejército de aire en la Escuela del Aire de San Javier, en Murcia. Este curso será más complicado para la princesa que los anteriores, ya que siempre ha tenido fobia a las alturas, un miedo que deberá superar para enfrentarse a los nuevos retos. Por ahora ha iniciado clases teóricas y realizará las prácticas en un simulador, hasta que se encuentre preparada para surcar los cielos, pero siempre lo hará en compañía de un instructor. En el caso de la hermana de Sofía la prioridad es garantizar su seguridad. Este será su último año antes de iniciar la universidad en Madrid en su caso. Como futura heredera debe promocionar la formación pública en España.

Leonor escuela del aire
Leonor en la Escuela del Aire

Será una alegría para Letizia porque por fin una de sus dos hijas volverá a instalarse en Zarzuela después de cinco años lejos de casa. La reina es una mujer muy controladora y calculadora y estos años han sido especialmente difíciles, y es que ha querido cambiar incluso la dieta de sus hijas. En más de una ocasión las ha tenido que regañar por saltarse las normas. A la princesa la han amonestado varias veces por no encontrarse en plena forma física, y no es por culpa de su madre, que incluso en verano la obliga a practicar ejercicio físico.

En los años de formación militar, la princesa ha experimentado una obsesión por la comida rápida, pizzas, hamburguesas o dulces. Algo que podría ser una adicción, por ello ha querido llevarla a especialistas para eliminar esos hábitos poco saludables de su dieta.

Leonor recae en la comida rápida y pierde su forma física 

La afición de la reina Letizia por la vida saludable y la buena alimentación es algo de sobra conocido, tanto en los medios como entre la gente. Siempre ha defendido una dieta basada en productos frescos, alejándose de los ultraprocesados y del azúcar, una costumbre que trasladó también a la educación de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. En casa, los dulces eran casi inexistentes, y la reina incluso pedía que en el colegio se adaptaran los menús para que las niñas no consumieran alimentos que no encajasen en sus exigentes criterios.

No obstante, esa disciplina tan estricta parece haber tenido un efecto contrario en Leonor. Durante su etapa en Gales, y ya sin la supervisión directa de su madre, la princesa se dejó llevar por las costumbres locales, descubriendo la comida rápida y aficionándose a los dulces y a la bollería.

Preocupada, Letizia decidió ponerla en manos de especialistas en nutrición, con el objetivo de que recuperase hábitos más equilibrados después de su primer curso en Reino Unido. Durante el verano y su segundo año en Gales, Leonor logró mejorar, siguiendo las pautas recomendadas, algo que también mantuvo en los días previos a su ingreso en la academia militar. Sin embargo, una vez instalada en la Academia de Zaragoza, la princesa volvió a caer en las viejas costumbres, dejando de lado las dietas y consejos recibidos. En más de una ocasión ha sido vista en restaurantes de comida rápida. 

Esta recaída no ha pasado desapercibida en la Casa Real, donde preocupa tanto el aumento de peso de Leonor como la fatiga que estaría mostrando. Los expertos alertan de que el consumo excesivo de comida rápida y una dieta desordenada pueden tener consecuencias serias para la salud, no solo física sino también mental. En su caso, temen que, de no tomar medidas a tiempo, la situación pueda derivar en problemas alimenticios más graves.

Leonor y Sofía
Leonor y Sofía