Aunque las apariciones de la familia real en Mallorca fueron escasas este año, la recepción en Marivent dejó algunos detalles que dieron que hablar. Uno de ellos fue el debut de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Por primera vez, las jóvenes de la familia acompañaron a sus padres en que es el paripé real oficial de los borbones en la isla balear.

No solo eso. El vestido de la heredera no pasó desapercibido. Leonor lució el mismo vestido que usó la reina Letizia el año pasado. Oficiosamente, esta elección fue un guiño a su madre. Extraoficialmente, una forma de ocultar cambios físicos. Un asunto que genera cierta preocupación cuando apenas quedan 15 días para que tenga que personarse en San Javier para iniciar su formación en la Academia General del Aire, en el que será su tercer año en el mundo castrense.

La familia real en la recepción de Marivent, 2025 / Casa Real 2
La familia real en la recepción de Marivent, 2025 / Casa Real

La princesa Leonor no hace caso de las recomendaciones

El verano de la princesa Leonor no está siendo el que esperaba Zarzuela. Muy al contrario. Lo que debía ser una etapa de descanso controlado se ha convertido en un dolor de cabeza para sus padres, los reyes Felipe VI y Letizia.

Los últimos meses ya habían dejado señales preocupantes. Mareos, agotamiento, ausencias en maniobras… En la Escuela Naval de Marín, durante su paso por el Blas de Lezo y el Juan Sebastián Elcano, la heredera pasó más horas en el camarote que en cubierta. El diagnóstico era claro: cinetosis y falta de resistencia.

Los médicos militares lo advirtieron con tiempo. Su condición física no era la adecuada. Antes de entrar en la Academia Militar de Zaragoza y en la Naval, ya había recibido recomendaciones precisas: entrenamientos extra, un plan reforzado, rutinas adaptadas. Pero la preparación no fue suficiente.

Leonor llega a Nueva York
Leonor llega a Nueva York

Cuando llegó la exigencia real, su cuerpo no respondió. Se improvisó una solución: entrenador personal, dieta supervisada, control diario y reducción de ciertas actividades. Todo con un objetivo: evitar un escándalo y que pudiera completar el curso. Lo consiguió, sí, pero con exenciones que a cualquier otro cadete le habrían costado la baja.

Leonor sigue sin estar en forma a dos semanas se personarse en San Javier

Ahora, la situación es distinta… y más preocupante. En septiembre, la princesa ingresará en la Academia General del Aire. El nivel físico será aún más alto. Por eso, el nuevo plan en palacio es rígido: entrenar cada día, cumplir horarios y mantener un seguimiento constante.

Pero las vacaciones han alterado ese guion. Leonor, lejos del entorno militar, se ha relajado. Y sus padres han perdido parte del control. Días sin entrenar. Comidas fuera de la dieta. Horas de descanso que superan lo previsto. El desorden ha vuelto.

A esto se añade un problema delicado: la ansiedad. La presión mediática, las críticas y el escrutinio constante han impactado en su relación con la alimentación. Nutricionistas y dietistas trabajan para estabilizarla, pero reconocen que hay jornadas en las que la disciplina se rompe.