La princesa Leonor está a punto de terminar una de las etapas más exigentes de su formación militar. Tras cinco meses en el Juan Sebastián Elcano, y quince intensos días en la fragata Blas de Lezo, la heredera al trono español encara la recta final de su aprendizaje naval. Su última travesía, nuevamente a bordo del Elcano, concluirá este 13 de julio en Marín. Han sido meses de duro entrenamiento, disciplina militar y separación casi total de su entorno familiar. Casi.

Y es que, durante este tiempo, el único miembro de su familia con el que Leonor ha tenido contacto ha sido su madre, la reina Letizia. Fue durante la escala en Panamá, cuando ambas asistieron juntas a una cena de gala con motivo del Día de la Madre. Pero lo que muchos no sabían es que Leonor pudo haber visto también a su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Y decidió no hacerlo.

Letizia se abraza con Leonor
Letizia se abraza con Leonor

Leonor se niega a ver a su abuelo

Ocurrió en el paso del Elcano por República Dominicana. El rey emérito acudió allí en un viaje privado. Y desde su entorno, Juan Carlos envió el mensaje: quería ver a su nieta. Un encuentro discreto y familiar. Pero la respuesta de Leonor fue rotunda: no.

Es cierto que no tenía ningún deseo y no le apetecía en absoluto. De hecho, tampoco le apetecía realizar formación militar, pero ahí está. Y es que el motivo de peso para su negativa es otro: el temor a su madre. “Tenía miedo, pánico, por su madre”, asegura una fuente cercana a la tripulación del Elcano.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

El miedo a Letizia evitó el encuentro

Se conoce que la reina Letizia nunca ha perdonado a Juan Carlos los escándalos que arrastró consigo. Tampoco la forma en la que se rió de toda España como rey. Y en este contexto, Letizia ha sido muy clara desde siempre: quiere mantener a su hija alejada del emérito.

La consorte cree que su presencia es perjudicial para la imagen de la futura reina. Y Leonor lo sabe. Sabe que una foto con su abuelo podría suponer una tormenta mediática. Una mancha en su preparación institucional. La orden no escrita ha sido clara: mantener la distancia. Y Leonor la sigue al pie de la letra.