La princesa Leonor afronta estos días la última fase de su formación castrense en la Armada Española. Concretamente, a bordo de la fragata Blas de Lezo, uno de los buques más modernos de la marina. Esta etapa, considerada como la más intensa y exigente de todo su paso por los tres ejércitos, está dejando situaciones dentro y fuera del barco que no dejan de generar controversia. Se le está haciendo largo a Leonor el paso por el ejército del mar.
Pese a que los reyes solicitaron que su hija fuera tratada como una más, algo que ya ocurrió durante su estancia en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, la realidad en el Blas de Lezo está siendo distinta. Desde dentro, algunas voces apuntan a que la princesa no está completamente integrada en el régimen ordinario que sigue el resto de alumnos.

La princesa Leonor intenta pasar de puntillas por el Blas de Lezo
Por ejemplo, se comenta que Leonor no realiza las guardias nocturnas, una de las obligaciones más comunes para cualquier guardiamarina a bordo. Tampoco participa en varias de las actividades más duras a nivel físico, ya sea por sus mareos, su falta de preparación o simplemente para evitar riesgos innecesarios.
Otro de los puntos que ha llamado la atención es el acceso diario que tiene Leonor a comunicación satelital con sus padres. Se trata de un lujo que ningún otro alumno tiene autorizado. Además, la heredera recibe una dieta adaptada a sus necesidades y gustos personales, elaborada por el equipo de cocina del barco.

Leonor, advertida en el Blas de Lezo por fallos en su comportamiento
De lo que no está exenta es de recibir castigos. Hace pocos días, Leonor recibió una advertencia por haber llegado tarde a una instrucción. En el entorno de la fragata, la exigencia es máxima. No se puede llegar ni un segundo tarde. Mientras que recientemente se ha llevado una amonestación por contestar mal a un oficial. Al ser recriminada, no respondió lo que tocaba. Parece que las críticas le descolocan y la despistan del código establecido.
Por suerte para la heredera, los días pasan y la meta final de esta dura etapa está cada vez más cerca. El final de este tramo llegará el próximo 3 de julio, cuando la princesa desembarque en Gijón. Aunque aún le quedará una última fase. En la ciudad asturiana volverá a subir al Juan Sebastián Elcano, que hará escala en Ferrol y terminará su recorrido en Marín. Allí, Leonor finalizará oficialmente su etapa naval.