Leonor nunca ha querido realizar la formación militar. Si fuese por ella ya hace tiempo que la hubiera dejado, ni tan siquiera habría empezado. La princesa se vio obligada por Felipe VI que aún considera que sea totalmente necesaria para una futura jefa de Estado. Necesita las tres máximas condecoraciones de los tres ejércitos. Al principio parecía una aventura que nunca iba a acabar, pero ya está a punto de finalizar el segundo año con la Armada, el más duro de todos. A finales de agosto iniciará su formación por el cielo con el ejército de aire.

La princesa ha vivido este año una de las experiencias más enriquecedoras, pero también de las más duras de todas. Y es que por primera vez ha pasado un total de cinco meses fuera de casa y alejada de su familia y amigos. Leonor se embarcaba en el buque escuela Juan Sebastián Elcano el pasado 11 de enero y recorrió un total de ocho países en todo este tiempo. Al estar alejada de Casa Real tanto ella como sus escoltas han tenido que luchar contra la presión mediática.
Parecía que iba a ser la aventura más complicada para ella, pero ahora le espera un nivel de exigencia y disciplina aún mayor. Leonor ingresó el pasado sábado en la fragata Blas de Lezo al abandonar a sus compañeros en Nueva York. Mientras los guardiamarinas viajan rumbo a España, ella se prepara como si estuviese en una auténtica guerra para convertirse en oficial. Está en una nave más tecnológica y preparada para cualquier batalla, con más de 200 militares, pero continúa durmiendo en un camarote de literas con otras compañeras y comparte duchas. Además, el ritmo en esta ocasión es mucho más estricto.
Leonor no puede ni con el arma
El pasado lunes ya participó en su primer combate. La heredera al trono participó activamente en el ejercicio Sinkex-25, unas maniobras navales con fuego real que han tenido lugar los días 15 y 16 de junio en aguas del suroeste de Canarias. Ha sido un ejercicio totalmente real con misiles, y es que la princesa tiene que aprender a manejar las armas.
Desde el Centro de Información y Combate del navío, Leonor ha seguido en primera línea el lanzamiento de misiles Harpoon y torpedos contra blancos navales, culminando con el hundimiento de un antiguo buque fuera de servicio.
Los compañeros de la princesa no la han visto con un buen estado físico para estas misiones. Se nota que para ella esto no es una prioridad y lo está haciendo porque es obligatorio para su carrera como monarca. Le pesaba el arma y no sabía como disparar, estaba muy nerviosa, no tenía el valor de hacerlo. Sus compañeros se rieron de ella y la vieron como una intrusa.
