A menos de un mes de finalizar su formación militar en la Armada Española, la princesa Leonor encara la recta final de su travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Este jueves 5 de junio hará escala en Nueva York, en la que será la última parada del viaje para la princesa. Mientras sus compañeros volverán a España en barco y harán alguna otra parada en algunos puntos de la costa de la península, la heredera regresará en avión. Tras esta etapa, solo le quedará su paso por el Ejército de Tierra en Murcia para cerrar el ciclo que la convertirá en Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, su estancia en el Elcano ha estado lejos de ser un camino fácil. Desde el principio, Leonor mostró dificultades de adaptación. En las primeras semanas, sufrió mareos, vómitos y un acusado malestar físico que la obligó a permanecer aislada en su camarote, recibiendo atención médica. Este cuadro, provocado por la cinetosis o mareo por movimiento, no es inusual para quienes no están acostumbrados a la vida en el mar, pero dejó claro que no estaba al mismo nivel físico que sus compañeros.

Elionor a l'Uruguai
Leonor en Uruguay

La princesa Leonor ha necesitado meses para adaptarse a la vida en alta mar

Con el paso de los meses, la princesa ha mejorado, aunque su forma física sigue siendo motivo de preocupación. A pesar de los intentos por seguir el ritmo de las exigentes maniobras a bordo, Leonor ha sido amonestada en varias ocasiones por no cumplir con las expectativas físicas del cuerpo. Ya en su etapa anterior en Zaragoza, necesitó clases extra con un entrenador personal para intentar mejorar su condición.

Uno de los factores que afecta directamente a su rendimiento es la alimentación. Leonor siempre ha sido una mala comedora, algo que en Zarzuela era controlado con estrictas pautas dietéticas supervisadas por la reina Letizia. Sin embargo, en el entorno militar, estas restricciones desaparecen: las raciones son altas en calorías, necesarias para resistir el esfuerzo físico diario. Esto ha supuesto un problema, ya que la princesa rechaza muchos platos y ha desarrollado una costumbre preocupante: esconder comida en su camarote.

Leonor buque escuela
Leonor en el buque escuela

Problemas con la alimentación en el Elcano

Los domingos, por ejemplo, es habitual que se sirvan churros con chocolate o bollería, y Leonor aprovecha para llevarse raciones extra a escondidas. Según fuentes cercanas, este comportamiento estaría ligado a episodios de ansiedad, especialmente intensos durante los primeros meses, cuando la presión mediática fue especialmente dura. En Brasil se le relacionó con un compañero, en Uruguay fue fotografiada en bikini y en Chile se filtraron imágenes suyas en un centro comercial.

Esta mezcla de estrés emocional, malos hábitos alimenticios y baja actividad física ha derivado en un aumento de peso visible, lo que, inevitablemente, ha generado preocupación tanto en sus superiores como en sus padres.