El distanciamiento entre el rey Felipe VI y la reina Letizia ha tenido consecuencias que van más allá del matrimonio real. Aunque ambos se empeñan en mostrar una imagen de normalidad mediante apariciones puntuales en público, lo cierto es que su relación está completamente quebrada. Según fuentes cercanas, como los expertos en la casa real Jaime Peñafiel o Pilar Eyre, los monarcas mantienen un vínculo meramente protocolario, actuando como un equipo de trabajo que necesita garantizar la estabilidad de la Corona.
Desde hace más de un año, Felipe VI se ha instalado con su madre, la reina emérita Sofía, en el palacio de la Zarzuela, mientras que Letizia reside en el Pabellón del Príncipe. No comparten vehículo, no conviven y no duermen juntos. La separación silenciosa dura desde hace años, pero tomó mayor dimensión cuando el abogado Jaime del Burgo hizo públicas sus supuestas relaciones con Letizia, revelando una presunta infidelidad que, según él, se mantuvo durante varios años. Esta información, cuidadosamente oculta, habría llegado también a los oídos de Leonor y Sofía, quienes ya no son niñas y son conscientes de todo lo que pasa a su alrededor.

El distanciamiento de Felipe y Letizia repercute en Leonor y Sofía
La educación de las hijas reales siempre fue uno de los pilares que Felipe y Letizia intentaron proteger. Mostraron una imagen de familia unida, inculcando valores como la lealtad, el deber y la cohesión familiar. Pero con el paso del tiempo y la madurez de ambas, esa fachada ya no es necesaria. Leonor y Sofía, que viven separadas debido a sus compromisos académicos, han comenzado a desarrollar perspectivas distintas sobre la situación de sus padres.
Leonor, como princesa heredera, está completamente volcada en su formación militar, actualmente embarcada en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Su rutina es exigente, y la comunicación con su hermana es casi inexistente. Por su parte, la infanta Sofía cursa el bachillerato internacional en el prestigioso UWC Atlantic College de Gales, donde también mantiene una vida intensa y alejada de los focos.

Ninguna quiere volver a vivir en Madrid
Lo que antes era una relación estrecha entre hermanas, hoy se ha visto claramente erosionada. Se han formado lealtades distintas: una se ha mostrado más cercana a su padre, y la otra más comprensiva con su madre. Este distanciamiento no es solo físico, sino también emocional. Además, ambas muestran reticencia a regresar a Madrid, donde el ambiente en Zarzuela es descrito como tenso y lleno de recuerdos dolorosos, marcados por gritos y discusiones constantes.
En junio, cuando ambas regresen a España, se abrirá un nuevo capítulo. Leonor partirá a Murcia para continuar su formación castrense, mientras que el futuro de Sofía aún es incierto. Letizia y Felipe quieren que se quede a estudiar en España. El rey incluso no vería con malos ojos que también siguiera formación militar. Pero los deseos de Sofía pasan por estudiar fuera de España. En cualquier caso, seguirán distanciadas.