La reina Sofía se casó sin estar enamorada, pero aceptó la vida que le tocaba. La reina Federica le obligó a casarse con Juan Carlos I después de su intento fallido con Harald de Noruega, de quien realmente estaba enamorada, pero la utilizó para conocer a su verdadero amor, quien ahora es su mujer. Ella hizo todo lo posible por formar una familia con el emérito, pero este no tenía la misma ilusión ni ganas. A él Juan de Borbón le obligó a romper con Olghina de Robilant, su gran amor, y por ello sentía rabia y la tomaba con la madre de sus hijos. Tuvo relaciones íntimas con ella solo para dar a luz al varón que heredaría el trono; sin embargo, tardó en llegar. Los dos primeros nacimientos fueron mujeres, así que harto de todo, Juan Carlos I estuvo a punto de cambiar la Constitución, pero no podía hacer reina a la infanta Elena, él mismo sabía que sería un disparate.

La emérita ha tenido un matrimonio infeliz. Pensó que Juan Carlos I estaba haciendo todo lo posible por quererla, pero finalmente se dio cuenta de que la utilizaba. El emérito se veía con otras mujeres fuera de casa, y a veces incluso en Zarzuela. Tenía una mujer en cada ciudad, la mayoría de ellas eran prostitutas de lujo que pagaba con los presupuestos generales del Estado, de algunas incluso llegó a enamorarse, ese fue su gran error. Sofía se sintió traicionada y humillada, pero a pesar de todo continuó a su lado por la corona.
La reina Sofía intentó formar una familia con Juan Carlos I
Los exmonarcas cesaron la convivencia, estuvieron a punto de divorciarse, pero no hubiese estado bien visto. La reina Sofía ve que la historia se repite en su hijo. Felipe VI y Letizia tampoco están enamorados. Se podría decir que su matrimonio también fue de conveniencia. El entonces príncipe necesitaba una mujer para casarse y que le diese descendencia con tal de heredar el trono. La periodista aceptó porque era una mujer muy ambiciosa.
Desde el primer momento, tanto Letizia como Felipe VI tuvieron claro que su matrimonio era una farsa. Por ello han hecho vidas separadas a espaldas de todos, siempre con la mayor discreción. En más de una ocasión el monarca ha querido divorciarse, pero ha tenido que aguantar de forma estoica al lado de la madre de sus hijos por la unidad de la corona y familiar. La reina Sofía no ve a su hijo feliz, le gustaría que hubiese podido hacer su vida, como lo hicieron las infantas Elena y Cristina. Ser rey a veces es un peaje muy alto que hay que pagar.
