La princesa Leonor continúa su formación castrense a bordo del emblemático buque escuela Juan Sebastián Elcano, una etapa clave dentro de su preparación con la Armada Española. Esta experiencia, que debería haber sido una oportunidad inolvidable de aprendizaje y crecimiento personal, ha estado marcada por momentos difíciles debido al constante escrutinio de los medios, quienes no han cesado en seguir cada uno de sus movimientos solo por su condición de heredera al trono. Aunque el viaje ha sido largo y en ocasiones agotador, ya han transcurrido cuatro meses desde que comenzó la travesía. Ahora, solo restan dos para concluir el recorrido, y los primeros indicios de nostalgia empiezan a surgir.

Leonor y Sofía / Instagram
Leonor y Sofía / Instagram

Durante este periplo, la tripulación ha tocado tierra en cinco naciones: Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Panamá. En este último país, la despedida fue especialmente emotiva, ya que coincidió con la festividad del Día de la Madre en España. Aprovechando la escala en el puerto, el comandante organizó una cena de gala para las madres de los guardiamarinas a bordo, quienes fueron invitadas a compartir una velada especial en la cubierta del navío. Este reencuentro emocional supuso una inyección de ánimo para todos, renovando fuerzas de cara al tramo final de la aventura. El siguiente destino es Colombia, y después visitarán República Dominicana y finalmente Nueva York.

Leonor no recibe ningún trato de favor, pero ella no quiere hacer ningún tipo de tarea doméstica, en Zarzuela no hace nada 

Durante la travesía, Leonor ha entablado una estrecha relación con algunos de sus compañeros, especialmente con uno de ellos con quien se rumorea que mantiene un vínculo más allá de la amistad. Algunos medios aseguran haberlos visto compartir momentos de cercanía en diferentes lugares, como una fiesta de carnaval en Bahía, una playa de Montevideo, e incluso viendo un partido en un bar en Galicia. Las imágenes difundidas, aunque limitadas por la intervención de los escoltas, han alimentado las especulaciones sobre una posible relación sentimental.

Sin embargo, su presencia en el barco no ha sido bien recibida por todos. Algunos guardiamarinas consideran que la princesa no muestra verdadero compromiso con la disciplina militar y que su participación responde más a cuestiones protocolarias que vocacionales. Además, hay quienes prefieren mantener distancia para evitar atraer la atención mediática que conlleva estar cerca de una figura pública tan reconocida.

Desde el principio, los reyes Felipe y Letizia han insistido en que su hija no reciba trato preferente y se someta a las mismas exigencias físicas y académicas que sus compañeros. Pese a esto, es sabido que, por protocolo, obtendrá las más altas distinciones militares, algo considerado necesario dada su futura posición como jefa suprema de las Fuerzas Armadas. No obstante, algunas voces internas afirman que Leonor evita ciertas responsabilidades, como las tareas de limpieza, delegándolas en otros a cambio de favores. Su capacidad para influir y manejar situaciones en su entorno ya se hace evidente incluso en este contexto tan estructurado.

Leonor con la vela
Leonor con la vela