Los reyes Felipe y Letizia tienen a su alrededor un grupo de jóvenes bien diferentes: sus hijas fifis, que parecen del siglo pasado, como si estuvieran en una burbuja y vistiendo modelitos ramplones y de princesa de cuento de los años 50; sus sobrinos tarambanas, hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, unos Felipe Juan Froilán de Todos los Antros y una Victoria Federica que dilapidan la pasta en festorros y no pegan un palo al agua; y sus otro cuatro sobrinos, hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin, rarunos, reservados, calladotes y menos amigos de que se hable de ellos. Irene es a la que le gusta más el estatus que tienen los Borbones, la que tiene la mano más rota para el lujo. De los tres chicos, Pablo, por haber jugado en el Barça, es de quien se habla más. Miguel pasa sin pena ni gloria. ¿Y el mayor? Juan es el más reservado de todos.
Explica Sílvia Taulés en Vanitatis que él es "quizás el más introvertido de todos y también uno de los más queridos. Generoso, sensible y volcado en la familia. Es deportista, y de pequeño quiso ser esquiador profesional, algo a lo que sus padres se negaron porque querían que se centrara en los estudios". Dice que de pequeño sufrió bullying en la escuela cuando estalló el Caso Nóos, y que en plena adolescencia "sufrió presiones, burlas, ataques, insultos y exclusión social en el colegio". Quizás por eso, siempre ha buscado un anonimato que es difícil que consiga siendo quién es. Pero explican que para conseguirlo, desde que acabó el bachillerato y se tomó un año sabático, su voluntad ha sido la de pasar desapercibido. ¿Dónde? En Londres. "Es en la capital británica donde el primogénito de la infanta Cristina hace su vida, tranquila, discreta y, podríamos decir, secreta, tal como informan fuentes directas de la familia".
¿A qué se dedica, o qué hace en la capital inglesa? A tareas de cooperación internacional, después de haber trabajado como voluntario en la India o Camboya. En Londres "vive en una existencia totalmente anónima". Y es en el anonimato donde se encuentra como pez en el agua. Comparte piso con dos amigos en Londres "y con ellos lleva una vida tranquila: trabajo, salir a tomar algo, alguna actividad cultural, algún viaje y poca cosa más". ¿Parejas o relaciones esporádicas? No se le conocen. Sus padres lo han ido a visitar diferentes veces, especialmente ella, la infanta Cristina, que ha ido al Reino Unido más veces que Urdangarin, y que aprovecha para matar dos pájaros de un tiro, porque otro de sus hijos, Miguel, también vive allí. Dentro de poco, en teoría, la reina Sofía tiene la intención de reunir en Marivent a toda la familia y todos sus nietos. Veremos si Juan hace las maletas y deja por unos días su querida Londres, dónde puede vivir sin que se le vea demasiado, y se marcha a las islas baleares, donde por unos días volverá a ser objeto de numerosos objetivos y cámaras.