Después de tan malas noticias, Juan Carlos I puede llevarse una gran alegría. El emérito viajó la semana pasada hasta Nueva York en compañía de la infanta Elena para participar en el Campeonato del Mundo de Vela 6M, en el que todos los años participa y ha ganado hasta en tres ocasiones. Su avanzada edad ya no le permitía participar en estas regatas de alto rendimiento, pero el Bribón fue adaptado para que pudiese continuar disfrutando de su sueño. Tras varias rondas clasificatorias, este jueves el padre de Felipe VI firmaba dos victorias y se ha colocado líder de la clasificación general con cinco puntos de ventaja. Aventaja en seis puntos a la embarcación que se encuentra en segunda posición.

Juan Carlos de regata / EFE
Juan Carlos de regata / EFE

Tras la jornada, el emérito se ha mostrado muy satisfecho con los resultados y ha afirmado que ha sido "una pelea dura", pero que "gracias a Dios" han conseguido la victoria. Además, ha confesado que "estamos muy contentos, aunque todavía queda mucho trabajo por delante”. Siente lástima por la retirada del equipo francés, ya que son buenos amigos suyos.

Han sido unos días muy complicados ya que Juan Carlos I se ha sentido muy incómodo, especialmente en la primeras rondas del pasado martes y miércoles, por eso no obtuvo el resultado esperado. Están siendo días muy complicados. Antes de realizar este viaje a Nueva York, el emérito había visitado en Vitoria a su médico de confianza, la misma persona que le trata de sus dolores articulares.

Las complicaciones del emérito por la artrosis severa que padece 

Juan Carlos I padece una artrosis severa y en muchas ocasiones se le agarrota todo el cuerpo, especialmente las piernas. Su pierna izquierda está prácticamente inmóvil. Necesita la ayuda de un bastón o su personal de seguridad. Aunque realmente los médicos le han dejado claro que debería utilizar una silla de ruedas, pero se resiste. No quiere que se le vea como una persona dependiente, no es la imagen de rey derrotado que quiere transmitir. Por ello, el emérito se realiza infiltraciones de células madre y plaquetas, un tratamiento basado en la medicina regenerativa que por lo menos calma su dolor de forma temporal y puede estar algo más activo.

El emérito se ha operado de la cadera y las rodillas más de una decena de veces en esta última década, pero sin nada de éxito. En el Bribón va atado para que no suceda nada grave. Cada vez que sale de la embarcación acaba dolorido y debe retirarse a descansar. Además, para entrar en el barco, aunque ha sido adaptado, es un ejercicio muy complicado. Cuenta con la ayuda de toda la tripulación.

Juan Carlos I en una regata / EFE
Juan Carlos I en una regata / EFE