Juan Carlos I ha conseguido su propósito. Hace unos meses se puso en el foco mediático con las claras intenciones de volver a España. La demanda a Miguel Ángel Revilla no fue para nada casual. Él eligió bien a su víctima. Es un político con un gran cariño entre la ciudadanía y un potente altavoz. Demostró a su hijo que aún podía acabar con la corona si quisiese. El emérito ha cumplido 87 años de edad y sabe que su final está cada vez más cerca. Hace cinco años que vive en los Emiratos Árabes y cree que ya ha cumplido con su condena por sus errores. Su sueño es poder volver a España de forma permanente, aunque eso es algo muy complicado. Por lo menos, el padre de la infanta Elena ha pedido abandonar Abu Dabi para estar más cerca de su familia y amigos.

El marido de la reina Sofía tiene serios problemas de salud y dificultades de movimiento. Hace una década que hace frente a una artrosis severa. Ha sido intervenido en más de una decena de ocasiones de las rodillas y la cadera sin mucho éxito. Incluso se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa con células madre y plaquetas. Los médicos han sido muy claros, deberá utilizar una silla de ruedas hasta el fin de sus días porque su pierna izquierda ya está prácticamente inmóvil.
Si Juan Carlos I falleciese fuera de España sería una deshonra para Felipe VI y la corona. El rey es consciente de ello y por este motivo ha decidido a la petición de su padre. Finalmente, se ha decidido que viva en el país vecino. El pasado mes de julio se instaló en una mansión en la zona de Cascais, Lisboa. Curiosamente, donde este año estudiará la infanta Sofía. De esta forma, el emérito podrá moverse con total comodidad. Tan solo tendrá una hora de avión a Madrid y unos minutos en coche de la frontera.
Juan Carlos I pasa el verano con su familia en Portugal
Juan Carlos I ha querido hacer una pequeña celebración con motivo de este cambio de residencia que de momento no se ha hecho público. Solo se ha comprobado que está ahí y que no ha vuelto a Abu Dabi ni se le espera.
El emérito ha querido reunir a toda la familia en su nueva residencia portuguesa. Este verano, aprovechando que la reina Sofía no estaba en Marivent sola, las infantas Elena y Cristina se han marchado a Portugal con él durante todo el mes de agosto, también algunos de sus nietos. Los monarcas se han quedado solos en sus vacaciones de verano, una prueba más de que la familia está rota.
