Irene Urdangarin ha dado demasiados quebraderos de cabeza a Casa Real en el último año, y también a la infanta Cristina que siempre la ha intentado proteger, pero desde que se ha hecho mayor de edad ha tomado sus propias decisiones. Su intención era quedarse en Ginebra con su madre cuatro años más como mínimo, ya que pretendía formarse en Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, sin embargo sus planes no salieron como esperaba. Su rendimiento académico en los últimos dos años fue un desastre, estuvo a punto de repetir curso. Se vio afectada por la separación de sus padres a causa de una infidelidad. Lógicamente aunque con bachillerato internacional no debe realizar ninguna selectividad, la universidad de Lausana oferta pocas plazas y se debe realizar una prueba de acceso que no aprobó. Se tomó un año sabático entre Camboya y Madrid hasta el siguiente mes de septiembre en el que su madre la obligó a instalarse en Reino Unido, donde se matriculó del grado de organización de eventos en la universidad de Oxford, pero no es para nada lo que se esperaba y quiere dejar la carrera sin terminar. Solo ha acabado el primer curso y con algún suspenso.

Irene Urdangarin se va a Madrid en escasos días
La infanta Cristina está muy disgustada con Irene Urdangarin, no le ha gustado nada su comportamiento en los últimos meses. Cuando no superó las pruebas de acceso de Lausana y decidió instalarse en Zarzuela, la hermana de Felipe VI quería llevársela a un internado para que no saliese de allí. Ella echa toda la culpa a sus amistades, las considera malas compañías y cree que la están llevando por el mal camino. Ahora se ha enamorado de Juan Urquijo, un amigo de la familia, y por eso tampoco presta mucha atención a los estudios, está todo el día deseando ir a Madrid a visitarle.
Irene Urdangarin ya ha hecho las maletas para instalarse de nuevo en Zarzuela con la reina Sofía en cuanto acabe los exámenes del primer curso del grado. De esta forma pasará tiempo por Madrid con su prima Victoria Federica y podrá ver a Juan Urquijo hasta que éste tenga vacaciones en el trabajo. La infanta Cristina tiene miedo de lo que pase en la capital, pero no puede tenerla controlada, se le ha escapado de las manos, de hecho ya no quiere venir a Ginebra, donde tiene su casa y su madre.
