La princesa Leonor y su hermana Sofía, solo por el hecho de ser hijas de quienes son, ya parecen dos rara avis entre la primada Borbónica. Y no por el hecho de ser hijas de reyes, que también, sino más por el hecho de ser hijas de Letizia. La organizadora y controladora madre que les ha tocado en suerte lo ha tenido todo calculado desde que son pequeñas, y cualquier cosa que salga del guion le provoca más dolores de barriga que una nueva publicación de su ex Jaime del Burgo. Que si lo que comen, que si dónde van, que si a quién tienen que ver o a quién no tienen que ver y un largo etcétera. Letizia ha tenido siempre bajo lupa a sus hijas, casi como si vivieran en una burbuja, todo y que ahora que están lejos de casa y de la mirada controladora de su madre, vete a saber si mantienen las órdenes de la reina a rajatabla o se las saltan a la torera. De momento, Leonor se encuentra en la academia militar de Zaragoza como pez en el agua, rodeada de amigos y amigas cadetes, con quien se va a cenar después de hacer las prácticas o con quienes sale de vez en cuando los fines de semana. Como este último, donde fue a un local a bailar sin temores del qué dirán.

La heredera se está desatando, se está soltando el pelo, pero todavía falta para que tenga la jeta de su prima Victoria Federica, a quien todo le lame un pie, que si tiene que salir en tanga en un barco, sale, o que va variando de novio como de calcetines. Y quien está demostrando que también es un verso libre, paso firme, la más espabilada de sus hermanos, es Irene Urdangarin. Con mucho más carisma que sus hermanos mayores, Juan Valentín, Pablo y Miguel, también parece la némesis de su prima Leonor, como mínimo, por lo que en imagen se refiere. Aunque las dos tienen cierta similitud, la clase, el charm y el estilazo que destila no tienen nada que ver con la joven fifi vestida como del siglo pasado que es su prima. Una Irene a quién ahora le hemos visto una novedad en su cuerpo, concretamente en la cara, que no nos habíamos fijado antes.

Ella hace tiempo empezó a llevar algún piercing en la oreja, como este que ven, pero ahora ha sorprendido con una nueva adquisición, que parece un piercing con tres agujeros, una pieza peculiar y preciosa que le vimos en su oreja derecha cuando se reunieron los cuatro hermanos hace poco con su padre Iñaki.

No es esta ni mucho menos la primera vez que Irene nos sorprende con sus complementos y sus accesorios en acontecimientos reales. Y seguro que no será la última. Impactante, súper cute, hace años nos maravilló luciendo un pendiente con forma de rayo y un bonito piercing dorado en la oreja derecha. Irene Urdangarin es una it girl y seguro que nos dará muchas más imágenes que llamarán la atención.