Irene Urdangarin no está feliz en Oxford. Lo ha dejado claro. No se siente motivada. No le gusta la carrera. Y, sobre todo, no era su primera opción.
Estudia organización de eventos en una de las universidades más prestigiosas del mundo. Pero no era el camino que había imaginado. Su verdadero deseo era formarse en Administración y Dirección Hotelera en Lausana, Suiza. Sin embargo, no superó las pruebas de acceso. Su rendimiento académico fue bajo, y eso frustró sus planes.
Irene Urdangarin quiere volver a España
Desde entonces, su relación con los estudios se volvió tensa. Durante el bachillerato internacional, sus profesores alertaron a su madre, la infanta Cristina. No estaba centrada. Su rendimiento bajó. Las razones apuntaban a un problema personal: la separación de sus padres.
Tras el fracaso en Lausana, Irene no quería continuar estudiando. Solo tenía claro que no quería seguir en Ginebra. Se sentía perdida, y abandonó Suiza. Cristina, decepcionada, se quedó sola.
Irene se refugió en el Palacio de la Zarzuela, desobedeciendo todas las normas impuestas por Felipe VI y Letizia. Allí vivió con su abuela, la reina Sofía, durante casi un año. En ese tiempo hizo un voluntariado en el extranjero. Fue una decisión impuesta. Su madre no quería que se hablara mal de sus hijos. La imagen pública debía ser impecable: responsables, discretos, estudiosos.
Pero en Madrid, Irene se enamoró. Conoció a Juan Urquijo, un joven cercano a la familia. También estrechó lazos con Victoria Federica, quien la introdujo en círculos de moda y redes sociales. Irene quedó fascinada por ese mundo. Empezó a soñar con dedicarse a él. Quería una vida pública, alejada de las aulas y de los planes que su madre había trazado para ella.
Irene quiere volver a empezar en Madrid
Ahora vive en Londres, pero no quiere quedarse. Ha probado la carrera. Ha asistido a clases. Y ha comprobado que no le gusta. No quiere pasar cuatro años estudiando algo que no le apasiona. Y mucho menos hacerlo lejos de su país.
Lo ha dicho con claridad: no va a continuar. No quiere iniciar el segundo curso. No le motiva el programa. No le convence el entorno. Y no está dispuesta a sacrificar más tiempo en algo que siente ajeno.
Ha intentado matricularse en Madrid, buscar una nueva dirección. Pero su madre se ha opuesto. Cristina teme que Irene siga los pasos de Victoria Federica. No quiere que su hija se convierta en una influencer sin estudios. Lucha por mantenerla en el camino académico, aunque Irene ya ha tomado su decisión