Letizia y Felipe VI no quieren sobreexponer a sus hijas por ahora. A medida que crecen, asumen mayores responsabilidades, pero por ahora no son las protagonistas de la corona. Esta estrategia les está funcionando, ya que ahora mismo son las mejor valoradas por los españoles, así que a la corona le espera un futuro prometedor de seguir así las cosas. La reina quiso apartarlas de los Borbón. Públicamente no pueden ver a la familia del rey, pero es que de forma privada tampoco es que se vean mucho. Han perdido todo tipo de contacto, algo que de alguna manera les ha afectado porque es como si no tuviesen familia más allá de sus padres.

Parece que por el hecho de ser infanta o futura reina tienen todo garantizado, pero la realidad es muy distinta. Pertenecer a la corona no es una tarea fácil ni apta para todo el mundo. Ellas han nacido en esa familia y es su deber pero probablemente hubiesen deseado nacer en otra familia. Ellas siempre han querido ser como el resto de niños y niñas de España, por ellos los reyes han dejado que sus hijas estudien fuera de su país alejadas del foco mediático porque lo más fuerte vendrá en unos años.
Leonor y Sofía han ido a terapia desde pequeñas para afrontar el reto de la corona
Desde pequeñas han recibido clases de protocolo, dicción e idiomas. No han tenido ni un solo día de descanso. Incluso han acudido a terapia para afrontar esta vida. Leonor lo hizo antes, a los 6 años, mientras que Sofía lo hizo más tarde, a los 10.
En el caso de la infanta Sofía parece todo más fácil porque puede estudiar una carrera que le convenga más, podrá vivir fuera de Zarzuela, en su propia casa, tener su trabajo, incluso no se analizará con lupa a la persona que ocupe su corazón. Sin embargo, la parte negativa es que ella siempre vivirá a la sombra de su hermana. Una eterna segundona que nunca podrá destacar ni ser ella misma.
