La infanta Elena se ha convertido en la sombra de Juan Carlos I. Está muy preocupada por su estado de salud. Se ha filtrado mucha información que el emérito ha querido silenciar pero a alguien se le ha escapado. Desde que fue exiliado a Abu Dabi, su hija mayor no se ha separado ni un segundo de él. Le ha visitado en más de 60 ocasiones, sin contar los viajes a España en los que siempre está ella presente. La semana pasada estuvieron juntos en Sanxenxo, y es quien le está acompañando en todo momento a decantarse por una de las mansiones que le han enseñado en Portugal.

Juan Carlos, Elena, Froilán, Victoria, Cristina y Juan / Gtres
Juan Carlos, Elena, Froilán, Victoria, Cristina y Juan / Gtres

Debido a la inestabilidad actual en varios países con algunas guerras que no cesan y a la salud del emérito, que ya supera los 87 años de edad, las infantas Elena y Cristina empiezan a ejercer presión para que Felipe VI deje a Juan Carlos I vivir de nuevo en Madrid o por lo menos cerca de España. Parece que Portugal sería una zona estrategia que no vería con malos ojos el monarca.

Juan Carlos I está muy mal, sus hijos están muy preocupados 

A día de hoy, los dos reyes están distanciados por la última polémica que rodeó al emérito. No se le ocurrió otra cosa que demandar a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor. Utilizó al político por su gran altavoz. Su intención era que nadie más desprestigiase su imagen, sin embargo sus intenciones no han salido como se esperaba. Felipe VI le ha pedido que retire la demanda, pero es demasiado testarudo. La infanta Elena está intermediando entre ambos para llegar a un acuerdo satisfactorio.

La madre de Victoria Federica y Froilán ha trasladado a Felipe VI que Juan Carlos I está bastante mal. El padre de ambos arrastra desde hace más de una década una artrosis severa que ha avanzado hasta el punto de dejarle la pierna izquierda totalmente inmóvil. De hecho, los médicos le recuerdan que debería utilizar una silla de ruedas, pero se niega en rotundo. Cuando hay cámaras se apoya en su bastón y en el personal de seguridad. No quiere que se le vea como una persona dependiente.

Pero a todo esto también hay que añadirle sus problemas de corazón, usa marcapasos y un anillo que le controla todo, y no se descarta que pueda sufrir demencia senil, según Zarzalejos. La edad no perdona y ya habría tenido algún que otro despiste, olvida nombres y citas importantes. Después de lo que ha sucedido con Irene de Grecia, la familia está muy preocupada. Es por este motivo que la infanta Elena ruega a su hermano que hagan las paces y medite la decisión de que su padre viva para siempre en España o en un país cercano. Abu Dabi ya no es para él.

victoria elena juan carlos gtres
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