Juan Carlos I está muy enfadado porque se ha filtrado información de su estado de salud y ahora ya no se habla de otra cosa. El emérito arrastra desde hace tiempo serios problemas de movilidad. Padece una artrosis severa que ya le ha dejado su pierna izquierda totalmente inmóvil. Los médicos le recomiendan utilizar una silla de ruedas, pero se resiste porque no quiere que se le vea como una persona totalmente dependiente. Se apoya en su bastón y en el personal de seguridad.

El padre de Felipe VI está muy enfadado porque se hayan filtrado sus problemas de salud. También se habla de una posible demencia senil fruto de su avanzada edad. Ha tenido algunos despistes y ha olvidado nombres. Son 87 años de edad y empiezan a hacer mella en su día a día. Por este motivo toda la familia empieza a ejercer presión en el monarca para que tome la decisión de trasladar a su padre a España o a algún lugar más cercano que Abu Dabi.
En las últimas semanas se le ha visto recorriendo algunas zonas de Portugal viendo mansiones, concretamente en la zona de Estoril y Cascais. El emérito está preparando su desembarco en el país vecino. Debido a su avanzada edad, 87 años de edad, los médicos le han recomendado que no haga viajes largos, pero viviendo en Abu Dabi y teniendo a la familia en España eso es imposible. Desde Portugal solo tendría unos minutos en coche para pisar suelo español y tan solo una hora en avión para llegar a Madrid. Sería todo mucho más cómodo para él, y además la corona estaría más preparada para el día en el que el emérito enfermase.
El PSOE no quiere a Juan Carlos I en España
Hace cinco años que vive en el exilio en Abu Dabi y pensaba que se quedaría ahí para siempre debido a que Pedro Sánchez volvió a ser elegido por los ciudadanos. Sin embargo, con el último escenario parece que el PSOE tiene las horas contadas en el gobierno. Al líder del partido le ha golpeado la corrupción en su equipo y aunque por ahora no piensa presentar su dimisión y convocar elecciones, parece que no va a poder escaparse en esta ocasión.
Juan Carlos I ha aprovechado la debilidad de un gobierno que no le quiere en España para acercarse más a su país y preparar su desembarco en Portugal. El PP quiere al padre de Felipe VI en el país. Se declaran monárquicos, así que es probable que las cosas se pongan muy fáciles para él en breve.
