La infanta Elena y Juan Carlos I tienen una gran complicidad. Estos últimos años aún se han acercado más, y es que la más mayor de los Borbón no ha aprobado la decisión de Felipe VI de exiliar a su progenitor fuera de España. Desde hace cinco años, el emérito reside de forma oficial en los Emiratos Árabes, aunque sus viajes a su país u otros lugares europeos son muy recurrentes. La semana estuvo en Sanxenxo en compañía de su hija y su hermana Margarita. Elena es la más Borbón de toda la familia y fiel defensora de su progenitor, pero también apoya totalmente a su madre. Tanto Juan Carlos I como la reina Sofía tienen una edad muy avanzada y empiezan a presentar los primeros problemas de salud. Sus hijos están muy preocupados por ellos y se han mostrado más cercanos.

La infanta Elena está muy preocupada por Juan Carlos I, la reina Sofía e Irene de Grecia
Juan Carlos y la reina Sofía hace años que cesaron la convivencia, su matrimonio nunca se sostuvo. Se casaron sin estar enamorados y querían divorciarse, pero para la corona era mejor que se mantuviesen unidos. Cada uno ha hecho su vida por separado, siempre de la forma más discreta posible, aunque el emérito no ha cumplido con ese propósito. El exmonarca se siente en deuda con la emérita, siempre agradecido a su saber estar, mantuvo en todo momento la boca callada. Nunca hundió su vida como rey aún todas las humillaciones que tuvo que soportar.
El emérito siempre pregunta por la reina Sofía a sus hijos. La infanta Elena es quien ha informado a Juan Carlos I que ni la emérita ni Irene de Grecia, otra de las mujeres importantes en la vida de su padre, pasan por un buen momento de salud. El octogenario sabe que su cuñada está muy mal, padece Alzheimer y la enfermedad ha avanzado mucho. En sus últimas apariciones ya la vio en silla de ruedas, con la mirada perdida y el rostro demacrado.
La infanta Elena ha explicado a Juan Carlos que los médicos no les han dado buenas noticias. Irene de Grecia está muy mal y habrá algún momento en que sus órganos dejen de funcionar. No le dan muchos años de vida. La reina Sofía siente mucha tristeza. No quiere salir de su habitación, no recibe visitas, ni tan siquiera come ni duerme por las noches. Se pasa el día llorando desconsoladamente. Juan Carlos I se preocupa por ellas porque han sido dos personas muy importantes en su vida pero hay que añadir que él tampoco está bien.
