La relación entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón ha llegado a su fin con la firma del divorcio. Hace dos años, unas fotografías salieron a la luz, mostrando al exduque de Palma paseando por la playa de Biarritz en compañía de otra mujer. Estas imágenes sorprendieron a la propia infanta, quien desconocía por completo la existencia de esta relación extramatrimonial de su esposo. A pesar de los problemas en su matrimonio, no se esperaba que se dejara ver en público con otra mujer mientras todavía estaban casados y la posibilidad de divorcio no se había planteado.

Se dice que la infanta Cristina estaba profundamente enamorada de Iñaki Urdangarin. De hecho, algunas fuentes aseguran que lo sigue estando a día de hoy, y que por eso ha tardado tanto en firmar el divorcio. Basta con decir que la hija de la reina Sofía ha optado por mantener el anillo de casada. En sus últimas apariciones, como en el cumpleaños de la infanta Elena, ha cubierto discretamente el anillo con las manos, mostrando una clara reticencia a desvincularse completamente del exduque de Palma. Y aunque perdió hace tiempo la esperanza de volver a estar con él, pero no quería verle hacer una nueva vida libremente con otra persona.

infanta cristina anillo casada
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Iñaki Urdangarin jugó a dos bandas con Ainhoa Armentia y la infanta Cristina

Después de dos años de conflictos y negociaciones, finalmente han llegado a un acuerdo de divorcio. Iñaki y Cristina han firmado los papeles que ponen fin a su matrimonio. Para Urdangarin, este paso significa poder dejar atrás el pasado y centrarse en su nueva relación con Ainhoa Armentia. Según fuentes cercanas, Iñaki tiene la intención de casarse con Armentia en un futuro cercano y anhela una vida tranquila y anónima alejado de los focos.

ainhoa Armentia Iñaki Urdabgarin Instagram
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Sin embargo, la situación se complica al descubrir que Iñaki habría estado involucrado con ambas mujeres simultáneamente. Después de iniciar un romance con Ainhoa Armentia en el bufete donde trabajó tras salir de prisión, Urdangarin viajaba ocasionalmente a Ginebra para encontrarse con su esposa. En estas visitas, mantenían relaciones íntimas. Al fin y al cabo, seguían juntos. Y todo ello sin que ninguna de las dos mujeres estuviera al tanto de lo que hacía con la otra.

Ante esta revelación, surge la pregunta ahora de qué hubiera ocurrido si no hubieran pillado a Iñaki con las manos en la masa. ¿Hasta cuándo habría alargado este juego a dos bandas?