La infanta Cristina ha puesto fin a una de las relaciones más entrañables y duraderas de su vida: la que mantenía con Claire Liebaert, la madre de Iñaki Urdangarin. Durante años, ambas compartieron un vínculo profundo, nacido del respeto y el cariño mutuo. Sin embargo, la nueva etapa sentimental de Iñaki ha roto ese lazo que ni siquiera el divorcio había conseguido quebrar.
Durante más de veinte años de matrimonio, Cristina y Iñaki formaron una familia sólida y discreta, centrada en sus cuatro hijos. A su lado, Claire siempre fue un apoyo incondicional. La belga acogió a la infanta como a una hija más, y en muchos momentos difíciles fue su refugio emocional. En los círculos cercanos a los Urdangarin, se decía incluso que Claire sentía por Cristina una ternura especial, una empatía que superaba cualquier barrera familiar.

La infanta Cristina mantuvo relaciones con Claire Liebaert después de romper con Iñaki Urdangarin
Cuando en 2022 se oficializó la separación del matrimonio, muchos pensaron que ese lazo desaparecería. Pero ocurrió lo contrario. Cristina y Claire siguieron viéndose en privado, hablando con frecuencia y apoyándose mutuamente. Para la infanta, Claire fue siempre una segunda madre; para Claire, Cristina era la nuera ideal, la mujer que había sufrido una traición que no merecía.
Sin embargo, la aparición de Ainhoa Armentia cambió todo. La abogada vitoriana, pareja actual de Iñaki, nunca llevó bien la cercanía entre su novio y su exmujer, ni mucho menos el cariño que la madre de él seguía mostrando hacia Cristina. Según fuentes próximas al entorno familiar, los celos y la inseguridad de Ainhoa provocaron una situación tensa y delicada que acabó afectando a todos. De hecho, Ainhoa se sentía despreciada por Claire.

Iñaki Urdangarin pide a su madre distancia con su ex esposa
Iñaki, consciente del malestar de su pareja, decidió intervenir. Le pidió a su madre y a su exmujer que se distanciaran, alegando que necesitaba proteger su nueva vida y evitar malentendidos. Fue un golpe inesperado para ambas mujeres. Cristina, que siempre había valorado la lealtad de Claire, quedó desolada. Claire, por su parte, se sintió obligada a obedecer a su hijo, aunque hacerlo le partiera el corazón.
Desde entonces, el silencio ha sido la norma. Hace más de un año que no se las ve juntas en público, ni siquiera en reuniones familiares o actos privados. Los allegados a la familia confirman que la comunicación se ha interrumpido por completo.
La infanta Cristina sufre. Ha perdido no solo a su suegra, sino a una de las pocas personas que la acompañaron sin juzgarla durante su caída pública. “Era mi apoyo”, ha confesado en su entorno más íntimo. Ahora se enfrenta a un nuevo vacío, fruto de una decisión que no ha tomado ella, pero que la ha marcado profundamente.