Iñaki Urdangarin ha decidido desconectar. Y lo hace con Ainhoa Armentia. Su pareja desde hace casi cinco años. Esta vez, lejos de miradas indiscretas. Fuera de España.
La pareja, consolidada tras años de polémica, ha elegido pasar unos días en el extranjero. Quieren tranquilidad. Anonimato. Lejos del foco mediático que nunca los ha dejado en paz.
Iñaki Urdangarín y Ainhoa Armentia disfrutan de un verano a todo lujo
No es la primera vez. Ya en otras ocasiones, Urdangarin y Ainhoa buscaron refugio en la costa francesa. Lugares discretos. Donde no son reconocidos. Donde pueden ser simplemente una pareja más. El plan es sencillo: descanso, paseos, y tiempo juntos. Sin hijos. Sin obligaciones. Y sin la presión que en España siempre los persigue.

Eso sí: el destino no es cualquier cosa. Se dice que han elegido un destino de 5.000 euros la noche. Algunos los sitúan en las Maldivas. Aunque no hay un lugar confirmado. Un lujo que se estarían permitiendo gracias a dinero procedente del entorno de la familia real. Concretamente, el que habría conseguido en su divorcio de la infanta Cristina.
Juan Carlos I paga la cuenta
El proceso fue largo y doloroso. Cristina se sintió traicionada. Pero al final hubo acuerdo. Según publicó Juan Luis Galiacho, logró dos millones de euros y entre 25.000 y 50.000 euros mensuales. Todo ello a cambio de guardar silencio sobre los secretos que conoce de muchos miembros de la familia real. Habría sido Juan Carlos I quien intervino y quien pagó para silenciar a su ex yerno. Cuando Juan Carlos fallezca, será la infanta Cristina quien asumirá ese compromiso.

A pesar de todo, Iñaki asegura que vive solo con su pensión de 900 euros. Pero su estilo de vida no lo refleja. No trabaja. Aunque ha montado una empresa de coaching. No está claro qué hace exactamente.
Ainhoa también ha dejado su empleo. Ya no trabaja en el bufete de abogados. Se dedica, dicen, a apoyar a Iñaki. Su nueva vida es esta. Viajes y ausencias de la rutina. Una existencia muy alejada del pasado institucional.