Prometía ser una etapa dura en la formación militar de la princesa Leonor y así está siendo: se ha convertido en uno de sus momentos más complicados. A bordo de la fragata Blas de Lezo, la heredera al trono ha tenido que enfrentarse no solo a la dureza del entrenamiento, sino también a una crisis de salud que ha encendido todas las alarmas en la Armada y en su entorno familiar.

La Blas de Lezo, una de las embarcaciones más avanzadas de la Armada Española, representa el tramo más duro de la formación castrense que debe completar la princesa. Jornadas que empiezan a las 6:30 de la mañana, entrenamiento físico intensivo, ejercicios de combate, mantenimiento de sistemas y misiones de vigilancia exigen una preparación mental y física al más alto nivel. Y es precisamente ahí donde algunos consideran que Leonor no ha llegado del todo preparada.

La princesa Elionor al Blas de Lezo / Casa Reial
La princesa Leonor en el Blas de Lezo / Casa Real

La princesa Leonor, víctima de nuevo de la cinetosis

Durante este fin de semana, Leonor ha sufrido un episodio de cinetosis aguda. Se trata de un trastorno provocado por el movimiento constante del mar que afecta el equilibrio, el sistema digestivo y la resistencia física, y que suelen sufrir quienes no están preparados para la vida en alta mar. Leonor ha padecido mareos persistentes, vómitos e incapacidad física. Tuvo incluso  que ser atendida por el equipo sanitario de la fragata. No se ha considerado una emergencia muy grave, pero sí ha afectado de forma significativa su participación en las maniobras.

En medio del ejercicio Sinkex-25, que incluye prácticas con misiles, torpedos y fuego real, Leonor se ha visto obligada a permanecer varias horas en su camarote. Algunos compañeros comentan en voz baja que todo esto le está viniendo grande, aunque evitan hacer valoraciones públicas por respeto a quién es y a quién representa.

Elionor a Panamà
Leonor

En el entorno militar dudan de las capacidades de la princesa Leonor

Según fuentes próximas a la tripulación, no es la primera vez que se enfrenta a este tipo de síntomas. Ya durante su travesía en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, la princesa tuvo dificultades para adaptarse al movimiento del mar. Incluso sufriño algunas caídas por mareos. Se le recomendó un programa específico de acondicionamiento físico durante el verano pasado para mejorar su tolerancia. Pero queda claro que no fue seguido con la regularidad necesaria.

Ante su ausencia temporal, se han ajustado sus turnos de instrucción y se duda sobre si podrá completar el programa sin pausas adicionales. Desde Zarzuela se transmite calma y se insisten en que estos problemas son comunes en una formación tan exigente. Pero en el entorno militar saben que, más allá de las dificultades, las capacidades de la princesa están lejos de lo requerido.