El rey Felipe, antes de marcharse unos días de vacaciones con su mujer por el puente de la purísima y antes de que vuelva a casa su hija mayor, la princesa Leonor, a pasar las vacaciones de Navidad en Zarzuela, ha hecho las maletas y ha volado hacia la otra parte del Atlántico y se ha presentado este viernes en Washington, el día después de entregar con Letizia las medallas de Oro de Bellas Artes en Tenerife. En la capital norteamericana está teniendo una agenda apretada, por ejemplo, teniendo un encuentro con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional en la sede del FMI, o asistiendo a la celebración del centenario del Masters of Science in Foreign Service Program, donde ha dicho algunas palabras en el United States Institute of Peace de la ciudad. “Junto a algunos distinguidos compañeros que veo aquí, mientras miro a mi alrededor, terminé mi maestría hace 27 años. Solo tengo excelentes recuerdos del tiempo que pasé aquí. Todos esos recuerdos me vienen a la mente precisamente en un momento como este", ha dicho. ¿Se referirá también a una mujer que le robó el corazón?...

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Felipe, en Washington / @CasaReal
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Felipe, en Washington / @CasaReal

Este es un viaje oficial especial para el Borbón, ya que vivió allí cuando tenía 25 años, compartiendo piso con su primo Pablo de Grecia, cuándo estudiaba un máster en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown. En el tiempo que los dos fueron roomates, durante dos años, vieron y vivieron las diferentes aventuras erótico-festivas de cada primo. El futuro monarca español, por ejemplo, fue testimonio de los primeros meses de la relación del griego con su actual mujer, y archienemiga de la reina Letizia, Marie-Chantal Miller. Felipe, en el anonimato del pisito próximo al campus universitario, estaba más feliz que una perdiz. Una periodista que coincidió con él lo recuerda como alguien "que se sentía contento de poder ir en bicicleta, también podía salir a comer una hamburguesa sin que nadie se le acercase e incluso le reconociera. Iba con guardaespaldas, pero estaba feliz de poder vivir lo más parecido a la normalidad".

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Felipe, en Georgetown

Y dentro de la normalidad también entran algunos affaires sentimentales. Y sin duda, Georgetown quedará para siempre ligado a Felipe con un nombre. Un nombre de mujer. Una mujer a quien conocía Marie-Chantal, norteamericana, guapísima, que había hecho de modelo y estudió Ciencias Políticas en Georgia Southern University. Fue la pareja de Pablo de Grecia quien le presentó a Felipe. Hablamos de Gigi Howard. Era el año 1995 y se encendió la llama entre ellos dos rápidamente. Fueron juntos a una isla del Caribe, y les pilló a un paparazzi: "Fueron a bañarse y salieron agarrados de la mando. Había abrazos y algún que otro beso. Yo no me lo podía creer". Era Semana Santa y Felipe pasó olímpicamente de visitar a la familia en Mallorca y quedarse con Howard, con quien después se le vio por las calles de Manhattan de la mano o esquiando en las montañas de Colorado. Pero la cosa se salió de madre, incluso, le pincharon el teléfono de la chica en Nueva York. Además, a Juan Carlos y en Sofía no les hacía mucha gracia que saliera con su hijo, tal como explicaba Pilar Eyre en el libro Yo, el Rey. Así era entonces:

 

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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington
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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington
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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington
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Y así es ahora:

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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington
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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington
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Gigi Howard, novia de Felipe en Washington

Igual de espectacular, y lo que es más importante, plenamente feliz con la vida que ha escogido después de partir peras con el Borbón. La relación se acabó y ahora, 27 años después, ha dejado al rey español muy atrás, y en lugar de haber sido reina de un país, se ha hecho una empresaria de cosméticos muy importante. La de América ha sabido reinventarse lejos de la monarquía española y ha lanzado al mercado unos revolucionarios parches rejuvenecedores para combatir las arrugas, desde las cejas hasta las rodillas. Así se puede leer en la cuenta de Instagram de la firma de cosmética Sio Beauty. Además, cuando tenía 42 años, decidió que quería ser madre, por lo cual se buscó un donante anónimo y tuvo un hijo. Y ahora que Felipe ha vuelto a Washington, no consta que ella y él hayan hecho ningún esfuerzo por verse ni recordar tiempos pasados.