Mientras la reina Letizia permanece en segundo plano este verano, Felipe VI se ha escapado en solitario a unas vacaciones que ya generan todo tipo de especulaciones. Pero lo más llamativo no ha sido su ausencia del círculo familiar, sino la presencia constante de Álvaro Fuster, el hombre que, según fuentes cercanas citadas por periodistas como Laura Rodríguez y Joaquín Abad, lleva siendo su confidente —y algo más— desde hace más de 40 años.

Desde aquellos días de juventud compartidos en el Colegio de Los Rosales, la relación entre Felipe y Álvaro ha sido mucho más que una simple amistad. Con el paso de los años, cuando otras personas fueron quedando atrás, Fuster se convirtió en una figura imprescindible en la vida del monarca: confidente insustituible, consejero en la sombra y compañero de incontables travesías. Hay quienes sostienen que, entre las pocas certidumbres que perduran en torno al rey, destaca la cercanía silenciosa y leal de Álvaro, una presencia discreta a la que algunos no dudan en atribuir el papel de gran amor no confesado de Felipe VI.

Álvaro Fuster GTRES
Álvaro Fuster GTRES

Rumores de un matrimonio pactado y una doble vida bien guardada

Los medios más atrevidos no han tardado en cuestionar la verdadera naturaleza del matrimonio entre Felipe VI y Letizia Ortiz. Según revelaciones recogidas por Laura Rodríguez, Letizia habría aceptado determinadas condiciones a cambio de convertirse en reina. Una unión, según estas fuentes, estratégicamente diseñada para preservar las apariencias y silenciar rumores sobre la verdadera orientación sexual del heredero.

Lo más inquietante es que la historia de Felipe no sería tan única dentro del contexto monárquico. Su abuelo, Pablo I de Grecia, también habría sido forzado a casarse para cumplir con las exigencias dinásticas, a pesar de que mantenía sus propias preferencias en privado. En el caso del actual rey, el patrón se repite: silencio, obediencia y un círculo estrecho donde solo unos pocos conocen la verdad.

Un círculo de “amigos especiales” y las sospechas que lo rodean

Según el escritor Joaquín Abad, Felipe VI no habría tenido solo una relación estrecha con Álvaro Fuster. En su libro, Los novios de Felipe VI: La corona y los hombres que pasaron por su vida, Abad expone una lista de hombres que, supuestamente, habrían compartido mucho más que amistad con el monarca. Entre los nombres destacan Pepe Barroso, cuyo matrimonio habría colapsado tras la aparición de Felipe en su vida, y Lucas Almeida, un joven brasileño con quien convivió durante sus años en Georgetown.

Felipe VI y Letizia
Felipe VI y Letizia

Pero no todo queda ahí. También se habla de encuentros sentimentales con celebridades como Alejandro Sanz y Miguel Bosé, así como de intensas relaciones juveniles con estudiantes europeos como Mateo Rossi y Julian Marchand. Todos, según estas investigaciones, compartían el perfil que el rey habría buscado a lo largo de su vida: hombres cultos y discretos.

Aunque la Corona intenta mantener una imagen impoluta, los tiempos han cambiado. Las redes sociales, los libros no autorizados y las nuevas investigaciones periodísticas han comenzado a desnudar la cara más humana y vulnerable de Felipe VI. El silencio institucional ya no basta para frenar los rumores que crecen a pasos agigantados. Y mientras Letizia mantiene la compostura en sus apariciones públicas, la ausencia del monarca junto a su familia, en contraste con su cercanía con Fuster, envía un mensaje más potente que cualquier declaración oficial. El “amigo inseparable” del rey vuelve a ser el foco de atención, y esta vez, parece que las piezas del rompecabezas están empezando a encajar.