El Teatro Campoamor de Oviedo volvió a vestirse de gala. La edición 2025 de los Premios Princesa de Asturias fue, una vez más, un acto lleno de emoción, protocolo y mensajes velados. Sin embargo, este año, la atención se centró especialmente en la princesa Leonor y en su discurso de clausura.

A su lado, sus padres. Los reyes Felipe VI y Letizia no le quitaron ojo de encima. A Letizia incluso se la vio tensa por el temor a que algo en el discurso saliera mal. Son muchas las horas de ensayo que hay detrás. Letizia es muy exigente en este aspecto, en buena parte debido a su larga experiencia ante las cámaras. En cualquier caso, los reyes hicieron por no perder la sonrisa ni un instante.

Letizia y Felipe VI incendios
Letizia y Felipe VI 

Tensión invisible entre Felipe y Letizia

A simple vista, todo parecía normal. Pero quienes observan de cerca los gestos de la pareja real notaron algo distinto: una frialdad palpable, una tensión que se colaba incluso entre los aplausos. Letizia, impecable como siempre, mostraba una seriedad contenida. Felipe VI, más reservado, evitó en todo momento el contacto visual prolongado con su esposa.

La princesa Leonor, ajena a las miradas cruzadas, protagonizó uno de sus momentos más importantes. Su discurso fue impecable, sereno, y lleno de convicción. Pero tras los focos, el ambiente era otro. Diversas fuentes cercanas a la Casa Real aseguran que los reyes no durmieron juntos en Oviedo, ni siquiera durante una cita institucional tan relevante. Una decisión simbólica que refleja un distanciamiento real y sostenido en el tiempo.

El origen de esta ruptura emocional no es reciente. Los cronistas de la realeza recuerdan que las tensiones entre Felipe y Letizia se remontan a 2013, durante los difíciles días del caso Nóos. Entonces, Letizia defendió abiertamente el alejamiento de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin de los actos oficiales, una postura que generó fricciones con Felipe. Aquella discrepancia marcó un punto de quiebre. Desde entonces, la relación ha sido un equilibrio frágil entre la institución y la vida privada.

Durante los años posteriores, las diferencias se han acentuado. Letizia, de carácter perfeccionista y controlado, ha intentado mantener una imagen pública irreprochable. Felipe, en cambio, ha optado por una discreción férrea. En actos públicos, ambos sostienen una cordialidad estudiada, pero el gesto distante, la falta de complicidad y la ausencia de gestos afectivos hablan por sí solos.

Letizia en Tenerife
Letizia

Vidas en privado por separado

Fuentes cercanas aseguran que el protocolo es ahora su único punto de encuentro. Todo se mide, todo se ensaya. Y aunque la corona exige unidad, la realidad es que la pareja atraviesa una crisis silenciosa que ya pocos dentro de Zarzuela niegan. Incluso en Oviedo, donde tradicionalmente comparten alojamiento durante los premios, este año habrían optado por habitaciones separadas. Algo que no ocurre por primera vez.

Felipe VI y Letizia siguen cumpliendo con sus deberes institucionales. Mantienen la imagen de unidad que exige la Corona. Pero en Oviedo, la ruptura personal quedó expuesta. Y aunque ambos intenten disimularlo con sonrisas y gestos medidos, la distancia emocional entre ellos parece hoy más visible que nunca.