Los reyes de España han estirado al máximo el puente del Primero de mayo (y el del 2 de mayo, fiesta en la Comunidad de Madrid), y han dejado la representación de la Casa Real en manos de los eméritos. Eso es lo que se deduce después de ver cómo Juan Carlos y Sofía acudían al funeral de estado del Gran Duque de Luxemburgo Juan, fallecido a los 98 años, volviendo a coincidir en un acto de relevancia entre las monarquías internacionales. De hecho, los funerales y sepelios se han convertido en la especialidad de la casa del matrimonio, y uno de los pocos momentos en el que aparecen juntos de manera pública y oficial.

Juan Carlos Luxemburg EFE

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Mientras tanto, los reyes en ejercicio, Felipe VI y Letizia, se han desvanecido y no se les espera hasta la semana que está a punto empezar. Concretamente, a Felipe le veremos en el Congreso de los Diputados para estrenar con "pompa y boato" el retrato de 88.000 euros realizado por el pintor Hernán Cortés, "el retratista de Reyes y presidentas". Un cuadro que sustituirá al de su padre, y que la Casa Real ha tenido que negociar duramente: Zarzuela consideró muy alto el primer presupuesto que envió el artista, y "regateó" el precio hasta llegar a estos 80.000 euros más IVA. Una ganga, sí. Es el tercer retrato que el pintor gaditano Cortés realiza a lo largo de la vida del rey de España, obras como esta.

retrato a Felipe zeleb.es

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hernan cortes pintor zeleb.es

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La pintura, de grandes dimensiones (1'5x1'5 metros), representa la figura del jefe del estado sentado y vestido de paisano, e incluye una referencia (cómo si no) a la constitución por sus 40 años de existencia. La pinacoteca de la cámara ve así como crece su carísimo catálogo, mientras que Cortés aumenta su nómina "de ilustres" modelos. Ya retrató a Felipe González, Adolfo Suárez, José María Aznar, o a los padres constitucionales, entre muchos otros. La celebración será de campanillas, y Felipe VI quiere estar radiante. quizás para no desmerecer su retrato pictórico. De puente se vive muy bien, como reflejó hace días una sarcástica portada. Los abuelos eméritos ya hacen de canguro de sus obligaciones reales (que no de las chiquillas, claro está).